DE L’HOSTAL DE LA CORDA A NIÇA. EL FINAL DE LA TERCERA GUERRA CARLINA VIII

El Globo 15/10/1875
El domingo se reunió en Durango el consejo de guerra de jefes carlistas para ver y fallar el proceso formado a Savalls por delito de traición, siendo el acto presidido por el conde de Caserta titulado comandante general de Álava, y asistiendo á él como jueces algunos cabecillas de los que forman la corte del Pretendiente.
Reunido el consejo en la sala de un antiguo y medio derruido caserón, y estando formados en la puerta dos piquetes de un batallón castellano, mandados por el titulado coronel Catarineo, fué conducido el marqués de Alpens á presencia de los que habían de decidir de su suerte, por entre la apiñada muchedumbre que le dirigía toda clase de insultos y amenazas, entre los que se distinguían por lo fuertes los da ladrón, marqués ladrón, traidor y otras frases análogas.
Solo conociendo el carácter violento ó impetuoso del cabecilla catalán, pueden formarse una idea aproximada de los sufrimientos que pasaría hasta que llegó á las gradas del tribunal, donde se le mandó sentar en un sillón. Savalls vestía de paisano y llevaba boina. Se comenzó por leer el extracta del proceso y luego la acusación, en la que se pedía contra Savalls la pena de muerte. Entonces el presidente se levantó y dijo que aun cuando los delitos que se imputaban al acusado eran gravísimos, teniendo presente que D. Carlos había dispuesto se le tratase con indulgencia, el tribunal le condenaba á ser exonerado del título de marqués de Alpéns, y del empleo de teniente general que había ejercido, y a cuatro años de prisión en un castillo de África añadiendo, y esto es lo más gracioso del caso, que ínterin se lograba el triunfo completo da las huestes carlistas, y hasta que pudiese cuplimentar esta parte de la sentencia, quedase Savalls preso en Durango.

Conde de Caserta. Wikimedia commons

El Imparcial 17/10/1875

CARTA DE CATALUÑA.
BARCEL0NA 14 de octubre de 1875.
Sr. Director de El Imparcial
Apenas pasa día sin que se tenga noticia de algún hecho que demuestra evidentemente que el carlismo camina á su próxima y completa ruina; pues aun prescindiendo de las presentaciones en grupos, nada significa esto al lado de la importancia que tiene la entrada en Francia de los cabecillas Auguet y Vila de Viladrau, ambos brigadieres en el ejército carlista. Estos dos cabecillas han desaparecido, y según ha dicho el mismo secretario del primero, se han despedido de los suyos y han pasado la frontera. La noticia tiene mucha importancia, pues Auguet era uno de los jefes de mas prestigio en la montaña, en la cual goza, y con justicia, fama de valiente y humanitario. Ambos eran dé la confianza de Savalls, que la tenia en Auguet principalmente ilimitada, y le distinguía encargándole las operaciones mas atrevidas y delicadas. Fuera estos dos jefes, no queda ya en las provincias de Barcelona y Gerona un solo cabecilla de mediana talla; pues Socas, Soliva, Mariano dé Castelltersol y algún otro, son nulidades elevadas á la categoría de jefes de pequeñas partidas.
Ademas de estos dos cabecillas, anoche pasaron la frontera por Osseija el titulado brigadier carlista Pablo Montañés, siete jefes, cinco oficiales, tres curas, un sargento y 23 voluntarios, Osseija es un pueblo de Francia que dista cuatro kilómetros de Puigcerdá. El comandante militar de este punto tenia situada la guarnición en las montañas limítrofes; pero una fuerte nevada que desde anoche cubre el país le ha obligado á retirar la fuerza.
No son hoy éstos únicamente los que renuncian á la lucha, pues en Gerona se han presentado á indulto 22, y en Cervera tres Oficiales de la caballería de Almenas, verificándolo otros á las columnas que recorren el país. Todos hablan de desaliento; de qué esto no puede resistirse, y de que no hay otro medio que o presentarse ó huir á Francia. Comprendiendo el general én jefe que ha llegado ya el momento de que se fraccionen mas las columnas, ha dado órden de que marchen desde hoy en batallones sueltos, procurando, sin embargo, obrar con la cordura necesaria y apoyándose mutuamente, por si en un momento dado, lo cual no es de esperar, pudiesen reñirse los pequeños grupos que vagan por las alturas de algunas comarcas y preparar una sorpresa.
Tienen también orden los jefes de ir recaudando un tercio de las. contribuciones atrasadas por ahora, y en breve plazo el resto, explorando al mismo tiempo el espíritu de los pueblos para el somatén que habrá de levantarse en un momento dado á fin dé limpiar por completo el país.
El general creo que volverá á salir á campaña dentro de dos ó tres días; pero no es fácil por ahora saber hácia dónde se dirigirá.
En la provincia de Gerona continúa la fortificación de varios puntos estratégicos, lo cual priva á las facciones de dirigirse á sus comarcas favoritas, y como continuamente cruzan el país una tras otra las columnas, no tienen un momento de reposo ni saben ya da quién fiarse. De ahí las deserciones y presentaciones diarias.
Llamo á Vd. la atención sobre la adjunta circular que el gobernador de Gerona ha dirigido á los alcaldes de los pueblos fortificados. Su tendencia, Conocerá Vd., es aminorar en lo posible las consecuencias de la guerra por resultado dé las divisiones y animosidad que ha creado en la mayor parte do los pueblos.—Suyo. Juan. B. Fauró.

Hemeroteca BNE

 

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