Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra VI

Batalla naval de Santiago

El acontecimienlo más culminante ha sido el combate librado en aguas de Santiago de Cuba el día 31 de mayo próximo pasado. Antes de la una de la tarde situáronse frente á la bahía los buques yankis Iowa, Massachussets, Brooklyn, Texas, Orleans, Marblehead, Mineapolis, otro crucero y seis vapores convertidos en cruceros auxiliares al mando del comodoro Schley, rompiendo el fuego los cinco primeros. A las cuatro, nuestro crucero Cristobal Colón, que manda el Sr. Díaz Moren, salió del puerto, y colocándose en medio de la embocadura, comenzó á disparar, ayudado por los fuertes del Morro y Punta Gorda. En vista de esto, la escuadra enemiga, haciendo una evolución, pretendió enfilar la entrada de la bahía, pero recibida con nutrido fuego por el crucero, las fortalezas españolas y los cañones desembarcados del Maria Teresa, que disparaba en combinación con el Colón, hubo de emprender la huida, después de haber lanzado unos 70 proyectiles que no causaron el menor daño. En cambio, un proyectil nuestro cayó en la cubierta de un buque yanki causando muchos destrozos, dos granadas hicieron explosión en la popa del Iowa y se declaró fuego á bordo de otro crucero: en resumen, que catorce barcos norteamericanos hubieron de retirarse, muchos de ellos con averías, habiendo sido rechazados por un solo buque nuestro y por los fuertes de Santiago. Más vergonzosa derrota no puede darse, y bien se comprende que al tenerse noticias de ella en los Estados Unidos la opinión pública haya arreciado su campaña contra Schley, á quien califican de inepto los que más benévolamente le tratan.

La Ilustración artística, Barcelona 6 de junio de 1898

Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra V

“Santiago de Cuba, 19. Almirante de la escuadra al ministro de Marina. – Esta mañana he entrado sin novedad con la escuadra en este puerto. Cervera.”

La llegada de nuestra escuadra á Santiago de Cuba ha venido á demostrar: primero, lo muchísimo que valen los jefes, oficiales y tripulaciones de nuestra armada; segundo, que el bloqueo de Cuba no pasa de ser un deseo más ó menos platónico de los yankis; tercero, que Sampson y Schley con todos sus treinta poderosos buques han sido morabnenle vencidos por siete barcos españoles; y cuarto, que para luchar con pueblos que, aun débiles y moribundos, según la frase de lord Salisbury, tienen conciencia de su honor y quieren defenderse como su gloriosa historia les enseña que se han defendido siempre, se necesita algo más que baladronadas á nada conducentes, si no es al desprestigio de quíenes las han fomentado.

La Ilustración artística, Barcelona 30 de mayo de 1898

Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra IV

A propósito del bomdardeo de Puerto Rico, Cárdenas y Cienfuegos, parece que nuestro ministerio de Estado llamará la atención de las potencias sobre la violación de derecho que significa el hecho de bombardear las ciudades sin avisar con las veinticuatro horas de anticipación que la ley internacional exige. Porque eso si, los yankis podrán ser todo lo que se quiera, humanitarios (?) inclusive; pero lo que es cumplidores escrupulosos, ni siquiera cumplidores á secas, de las leyes y prácticas para la guerra establecidas por las naciones civilizadas, la verdad es que no lo son, y que en materia de cables, apresamientos de buques, bombardeos y otras pequeñecess hacen mangas y capirotes de lo consignado en códigos y tratados, y no reconocen más ley que su voluntad y unos instintos propios á lo sumo del hombre de las primitivas edades. Ya se ve; para ellos han de ser cosas corrientes ciertos actos que nunca nos atreveríamos á cometer los pueblos que tenemos una honra nacional que defender y una historia gloriosa que continuar.

El dia 13, los cruceros Conde de Venadito y Nueva España recibieron orden del jefe del Apostadero de la Habana de salir del puerto y ponerse á tiro de los barcos yankis que continúan bloqueando (?) aquellas aguas, entablando combate con ellos. Los dos buques españoles salieron con rumbo hacia el sitio donde estaba el enemigo, mientras la muchedumbre inmensa que llenaba el litoral despedía á las tripulaciones con aclamaciones entusiastas y delirantes vítores. Aquellos barcos de pequeñas dimensiones y escasa potencia internáronse en el mar hasta perderse de vista. Durante media hora, los miles de personas que desde las azoteas y los muelles de la capital fijaban con ansiedad los ojos en la línea del horizonte, nada distinguieron: pero transcurrido aquel tíempo se vió que nuestros dos cruceros se dirigían sobre tres buques norteamericanos haciendo nutridísimo fuego y con marcha rápida. El enemigo practicó varias maniobras para evitar el combate, viendo lo cual el Conde de Venadito y el Nueva España se colocaron en línea y obligaron con sus disparos certeros á los barcos yankis á emprender la retirada á toda velocidas hasta perderse de vista, y uno de ellos con graves averías á juzgar por las dificultades con que maniobraba; por cierto que los demás huyeron como alma que lleva el diablo sin cuidarse de su compañero. La flota enemiga se componía de cinco buques mercantes armados y dos cruceros de tipo medio. Muestros buques no experimentaron la menor baja y regresaron al puerto á las ocho de la noche, tributandoles el pueblo entusiasmado una ovación indescriptible. En seguimiento del Conde de Venadito y del Nueva España salieron de la Habana tres remolcadores llenos de curiosos que durante la lucha estuvieron muy cerca presenciando el combate, como si se tratara de una fiesta, y animando y saludando con vivas á nuestros valientes marines.

Y a todo esto, ¿ donde está la escuadra española que manda el almirante Cervera?

La Ilustración artística, Barcelona 23 de mayo de 1898

Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra III

Mariners del U.S.S Brooklyn

La escuadra norteamericana del mar de lasAntillas continua su bloqueo de los principales puertos de Cuba, pero con bien poca fortuna por cierto, porque apenas pasa día sin que, algún buque logre romperlo: el mismo Montserrat, no contento con haberse refugiado en Cienfuegos ha logrado entrar en el puerto de la Habana. Como se ve, el bloqueo dista mucho de ser efectivo, según previenen las leyes internacinales. También sigue dicha escuadra cañoneando algunas plazas, pero sin resultado, porque en cuanto sus buques se colocan al alcance de nuestra artillería, nuestros cañones no tardan en obligarles á retirarse. Así sucedió en aguas de Cardenas, cuyo canal trataron de forzar un crucero y un torpedero yankees, que hubieron de retroceder con grandes averías ante la acometida de los cañoneros Ligera y Alerta.

Para completar la acción intentada por mar, proyectan los Estados Unidos varios desembarcos de tropas, que ayudadas por los insurrectos, puedan atacar por tierra las principales ciudades de Cuba: á este efecto están haciendo grandes preparativos en la Florida, en donde concentran numerosas fuerzas, pues los pequeños desembarcos intentados hasta el presente han sido otros tantos fracasos. Lo que en un principio les pareció cosa fácil, va resultándoles cada vez más difícil, á juzgar por los continuos aplazamientos y por los elementos poderosos que consideran necesarios reunir antes de acometer una empresa de la que bien pudiera ser que saliesen escarmentados. En el entretanto nuestros valientes soldados han conseguido allí una nueva é importantísima victoria sobre las fuerzas de Máximo Gómez, á las que causaron 32 muertos, entre ellos el cabecilla Nuñez.

La Ilustración artística, Barcelona 16 de mayo de 1898

Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra II

U.S.S. Iowa

Los buques yankees continúan apresando algunos barcos mercantes y bloqueando varios puertos de la isla de Cuba. Tres acorazados norteamericanos bombardearon durante media hora la ciudad de Matanzas, sin causar el menor daño en ésta ni en las fortificaciones: este bombardeo, realizado sin el aviso previo que las leyes internacionales exigen, ha motivado una reclamación de los cónsules de Austria y Francia. También intentó la escuadra enemiga bombardear Cienfuegos, pero los tres buques encargados de esta misión fueron rechazados por tres cañoneros españoles que les obligaron á retirarse. La cañonera Ligera causó en aguas de Cárdenas averías graves al torpedero yankee Cushing que reconocía aquella costa. La escuadra española ha salido de Cabo Verde.

La Ilustración artística, Barcelona 9 de mayo de 1898

Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra I

La gravedad de la situación por que España atraviesa y el interés que ofrecen las noticias que se relacionan con la actual guerra con los Estados Unidos, nos han movido á inaugurar en LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA esta nueva sección, en donde iremos relatando semanalmente los principales acontecimientos de la lucha a que de un modo tan artero cuan injusto hemos sido provocados.

Apenas comenzó hace poco mas de tres años la insurrección cubana iniciada en Baire, los menos versados en asuntos internacionales hubieron de ver que los verdaderos enemigos de España no estaban en Cuba, sino en los Estados Unidos; que los Máximo Gómez, los Maceo y demás jefes insurrectos contaban para el triunfo de su causa en primero y casi en único término con el apoyo de los norteamericanos; que el alma de la rebelión no debía buscarse en el pretendido gobierno de la manigua, ni siquiera en las juntas laborantes de Cayo Hueso, Tampa, Nueva York y Wáshington, sino en Casa Blanca y en el Senado y el Congreso yankees.

De los Estados Unidos salían , á ciencia y paciencia de las autoridades, continuas expediciones con hombres y pertrechos de guerra para los filibusteros; en el Parlamento americano se vomitaban con punible tolerancia del gobierno los más soeces insultos contra nuestros heroicos soldados, mientras se encomiaban con entusiasmo los crímenes de los insurrectos; y el ministerio de Negocios Extranjeros no cesaba de enviar á nuestro ministerio de Estado notas y reclamaciones por supuestos perjuicios que se traducían siempre en tantos ó cuantos miles ó millones de dollars.

La Ilustración artística, Barcelona 2 de mayo de 1898

Superioritat

Reproduïm un article aparegut a “La Correspondencia de España” amb data de març de 1896. El seu títol ja ho diu tot:

UN RECUERDO HISTÓRICO

Durante la anterior insurrección cubana, y cuando esta se hallaba en su apogeo, ocurrió con los Estallos Unidos un incidente muy digno de recordarse.
Era ministro de Estado interino, D. Manuel Becerra, por haber salido á tomar aguas el que lo era en propiedad, D. Manuel Silvela.
El ministro de los Estados Unidos señor Sickles, presentó en el ministerio de Estado una nota en la que se decía que, «si España no abolía en un plazo determinado la esclavitud en Cuba, el gobierno de Washigton reconocería la beligerancia de los insurrectos cubanos.»
La nota era algo escueta.
El Sr. Becerra contestó inmediatamente al Sr. Sickles diciéndole:
«El ministro de Estado de España es más abolicionista que el gobierno de los Estados Unidos, pero el gobierno español no admite imposiciones de nadie, y abolirá la esclavitud en Cuba cuando lo crea oportuno y conveniente.
»En consecuencia le doy á usted veinticuatro horas de término para retirar la nota presentada, bien entendido que, si pasado ese plazo no la ha retirado, se le darán los pasaportes, y España declarará la guerra á los Estados Unidos.»
Inmediatamente el Sr. Becerra pidió que se celebrará Consejo de ministros, y ante él propuso que, para el caso de que el señor Sickles no retirase la nota que ofendía á España, el gobierno debía ordenar enseguida se dirigiese la escuadra española á bombardear los puertos de la Unión.
«De aquí á dos meses—añadió el señor Becerra—no sé lo que sucederá; si este caso llega ya veremos lo que hemos de hacer; pero en ese plazo tenemos tiempo para arruinar el comercio de los Estados Unidos, y estoy seguro de que, antes que eso suceda, el gobierno de Washington pedirá la paz.»
El Sr. Topete (ministro de Marina) dijo: «No tengo más que una condición que poner á lo propuesto, y es; que yo he de mandar la escuadra.»
«—Y yo pido ir en ella—replico el señor Becerra,—pues no me parece honrado proponer que otros corran riesgos, sin participar de ellos el que los propone.»
No hubo necesidad de nada de esto: el señor Sickles retiró la nota antes de las veinticuatro horas.

Vicealmirall Topete, fotografía de la BNE

Reproduïm un fragment de l’article de la “La Ilustracion Española y Americana” del 22 d’agost de 1898:

CRÓNICA GENERAL.

Cuando escribíamos la última Crónica, no nos constaba que el protocolo de Wasington estuviera firmado: hoy es ya un documento viejo para los lectores. Suscrito, por poder del Gobierno de España, por Mr. Jules Cambon, embajador de Francia, y Mr. William R. Day, el 12 de Agosto último, establece la renuncia de España á sus derechos de soberanía sobre Cuba, la cesión á los Estados Unidos de Puerto Rico y cuantas islas posee actualmente España en las Indias Occidentales,
así como una en el archipiélago de Los Ladrones, á escoger por la nación norteamericana, y la condición obscura que copiamos textualmente:
“Art. 3.º Los Estados Unidos ocuparán y conservarán la ciudad, la bahía y el puerto de Manila en espera de la conclusión de un tratado de paz que deberá determinar la intervención (controle), la disposición y el Gobierno de los Estados Unidos.”
Está convenida además la evacuación inmediata de Cuba y Puerto Rico por las fuerzas españolas, según acuerden las comisiones mixtas que se reunirán en la Habana y San Juan de Puerco Rico, y la reunión en París el 1.º de Octubre de otra comisión de ambos Gobiernos contratantes para acordar el tratado de paz, que será ratificado en cada país según sus formas constitucionales.
En Washington fué festejada con luminarias la firma del protocolo: en Madrid sólo procedía que hubiéramos apagado todos los faroles; pero no ha sido necesario: el protocolo nos dejó á obscuras …”

Grup de líders cubans

Grup format per deu homes vestits de civil posant en semicercle amb un gos al centre i distribuïts en dues files, els de la primera asseguts en una cadira
En el grup estan retratats: Comandant Antonio Collazo, Brigadier Flor Crombet, general Antonio Maceo, Brigadier Cebreco, Coronel Salvador Rosado, Brigadier Morúa, Comandant Borja, Coronel Aurelio Castillo, Comandant Manuel Peña, Comandant Castell i el gos Cuba lliure
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(BNE)