El claustro de Santa María de Ripoll I

Las piedras cuentan las historias que tus ojos dibujan

 

Cena de San Benito y Santa Escolástica, capitel situado en la galería nororiental obrada por el taller del maestro Colí de Marville, siglo XIV, bajo el abadiato de Ramon Descatllar y de Palasol. (01/1387 – 09/1408).

Los monasterios, sin excepción, consumían importantes cantidades de peces de río. Todos ellos, y desde épocas tempranas, habían ido instalando pesqueras en los lechos de los ríos que atravesaban sus tierras. La difusión del molino de agua, la esclusa del cual se empleaba como vivero, contribuyó a estimular el consumo de pescado, abundaban la anguila, la trucha y el barbo que aparecen en la mesa frescas, saladas o ahumadas.

Otras formas de consumo eran las empanadas (peces hechos “en pan”) y los escabeches, importados de la cocina musulmana. La primera receta de escabeche nos la sirve el médico sevillano del siglo XII Zuhr-Avenzoar, que recomienda preparar así el escabeche: escalda el pescado en agua caliente, a continuación se ponlo en una cazuela de barro o de loza vidriada con un poco de aceite. Cuando ya esté cocido dejalo a fuego lento y se añade le un caldo preparado con vinagre y jengibre.

La trucha era unos de los peces que más se consumía, trucha escabechada:

Ingredientes (para 4 personas):
4 truchas del país de buen tamaño
1 vaso de aceite
1 vaso de vinagre
4 dientes de ajo
Clavel, salvia, tomillo, orégano, pimienta en grano u otras hierbas aromáticas
Harina
Sal
Aceite para freír

 

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