El claustro de Santa Maria de Ripoll XII

Las piedras explican las historias que  tus ojos dibujan

Capitel de la galeria Nord-occidental del siglo XII con tres sirenas y un aguila, románica, construida bajo los abadiatos de los abades: Pere Ramón, Gausfred y Ramón de Berga

Las sirenas

Aunque su verdadero origen sea algo difuso, pues ya existirían en civilizaciones como la egipcia o la asirio-babilónica, nos atendremos a la mitología griega, pues de ella tomaría el cristianismo su iconografía, y adoptaremos el nombre de sirenas como referencia a la sirena-ave, hijas de Aqueloo –el dios Rio- y de una Musa (Terpsícore, Melpómene o Caliope), de la cual obtienen sus facultades para la música, el canto y el don de su elocuencia, pues eran capaces de relatar hermosas historias.
Eran inicialmente ninfas que acompañaban con sus canciones a Perséfone ( la Proserpina romana, hija de Zeus, reina del inframundo y en alguna tradición del Río Infernal); al ser ésta raptada por Hades, se convirtieron en híbridos de mujer y pájaro, como castigo de Demeter -diosa de la Tierra- al no haber impedido el rapto de su hija, aunque hay otras explicaciones como que las alas fueron un atributo concedido por Zeus (o solicitadas por ellas mismas, o la misma Demeter) para perseguir mejor al raptor.

Las harpias

Las descripciones dadas por los autores clásicos, como la de Hesíodo en su Teogonía -hembras voladoras, veloces y de hermosos cabellos- ayudan a confundirlas con las sirenas-ave. Si para los griegos todavía su principal ocupación era robar constantemente la comida de Fineo antes de que éste pudiera comerla, siguiendo instrucciones de Zeus, que quiso castigarle por “chivarse” de los secretos que guardaban los dioses del Olimpo. Ya con Virgilio la cosa se pone “fea”: No hay monstruo más aciago que ellas ni peste alguna más cruel o castigo de los dioses que haya nacido de las aguas estigias. Rostros de doncella en cuerpos de ave, nauseabundo el excremento de su vientre, manos que se hacen garras y rasgos siempre pálidos de hambre. Por lo demás, también serían conductoras de almas y raptoras de hombres. Después a su apariencia monstruosa se le unió el ser vistas como difusoras de suciedad y enfermedad, añadiendo a su tradición de agentes del castigo, el ser despiadadas, crueles y violentas. Esta es la versión que más se emplearía en la Edad Media.

Sirenas y harpias, una aproximación diferencial a su representación escultórica.

Codornices con uvas

Ingredientes para 1 codorniz
1 codorniz por persona, salada y empapada con jugo de naranja o de limón con el hígado y la molleja puestos dentro y bien atada.

para cada codorniz:
• 1 cebolla blanca grande
• 2 zanahorias
• 1 blanco de puerro
• 1/2 dl de aceite de oliva
• 2 cucharadas soperas de aguardiente
• sal y pimienta

 

1 racimo de uva de granos grandes y verdes, pelados. Hay que dejar un puñado entero para cada uno en la nevera
30 g de mantequilla fina
2 cucharadas soperas de miel de flores de montaña
2 rebanadas de pan integral

Preparación

Cocción: 5 min + 20-25 min.
Este procedimiento culinario se considera típico de Cataluña (según Martino)
Coloque las codornices en una sola capa en una cazuela untada con aceite. Deje que se doren de ambos lados durante 5 minutos con el recipiente destapado.
Flambear con el aguardiente y añadir las legumbres picadas. Poner agua en la tapadera y dejar cocer durante 15-20 minutos a fuego muy bajo.
Retire las legumbres y haga un puré fino, que mantendrá caliente.
Dentro una sartén, calentar rápidamente los granos de uva pelados con la mantequilla.
Hacer tostadas de pan integral, 2 o 3 por persona. Ponerlas. bien envueltas, en un cestillo. Llévarlo a la mesa.
Poner también en la mesa un pequeño pocillo con mantequilla y otro con miel de flores de montaña.
Al momento de servir, retirar las codornices de la cazuela y ponerlas en medio de la bandeja caliente. Verter alrededor el puré caliente y los granos de uva con su jugo.
Servir al mismo tiempo unos puñados de uva frescas en una copa de cristal con hielo. Debe ponerse una copita al lado de cada plato: así. cada uno puede hacer su mezcla: la codorniz con su aderezo caliente y tostadas de pan calientes con mantequilla y miel. Se come todo picando unos granos de uva helado.

Google books. Cuina medieval catalana: història, dietètica i cuina. Cossetània Edicions

Otra manera de casar las codornices con las uvas pasaría por escabechar las codornices y hacer una ensalada con escarola, zanahoria rallada, puerro cortado jardinera y tomates en daditos muy pequeños, mezclándolo con uva y piñones.

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