Guerra hispano-estadounidense. Batalla de Guantánamo II

Nueva York 13, 8’35 n.

Un despacho expedido á bordo del Dauntless, aviso fletado por la prensa asociada de Nueva York cerca de la escuadra de Sampson, da más detalles sobre el combate entre españoles y yankees que siguió al desembarco de Guantánamo.

Según dicho despacho, los americanos desembarcados formaron tres lados de un cuadro, protegidos por los cañones de los buques.

Los yankees tomaron posición en dicha forma en un profundo barranco dominado por espesos matorrales, en los cuales se habían emboscado los españoles.

Estos conservaron sus posiciones hasta media noche.

Solamente por el resplandor de sus descargas podían guiarse los norteamericanos para atacarles. Cuando cerró la noche los buques enemigos, por medio do sus proyectores eléctricos iluminaron la orilla, descubriendo asi varios grupos de españoles, que á favor de las sombras avanzaban sobre los yankees.

El ataque más formidable se produjo poco después de media noche.

Las fuerzas de los españoles, colocadas en la pendiente Sudoeste del barranco, dio una carga á los enemigos.

Estos, conservando la posición del cuadro, solamenta abierto por la parte del mar, contestaron á la carga con un fuego nutridísimo, de tal modo, que aún no habían llegado los españoles á los dos tercios de la pendiente, cuando las balas enemigas lo habían diezmado.

Sin embargo, los que no habían caído siguieron bravamente el movimiento, llegando tan cerca y mezclándose casi con las fuerzas enemigas da tal modo, que los oficiales americanos se vieron obligados á hacer uso de sus revólvers.

El choque fué encarnizado y sangriento.

El combate se prolongó todo el resto de la noche en encuentros parciales; pero al amanecer, los yankees, con tres piezas de montaña que habían desembarcado y que hasta entonces no habían puesto en batería por impedírselo la oscuridad de la noche, ametrallaron á los españoles que volvían á la carga á la bayoneta, consiguiendo solamenta rechazarlos así con el fuego de cañon de esta batería de montaña y del que volvieron á hacerles los barcos que apoyaban el desembarco.

El despacho consigna que principalmente dos soldados españoles se batieron con tal heroísmo y cargaron con tal furia, que causaron la admiración de las tropas americanas.

Este nuevo despacho, expedido del teatro de la guerra, consigna, como el que anteriormente ha trasmitido, los elogios unánimes que hace el enemigo de la bravura y audacia de los españoles.

Azor.

La correspondencia de España 14/06/1898

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