Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra VIII

Batalla de Guantanamo 10 Junio 1898

Conócese ya algunos detalles del tercer bombardeo de Santiago de Cuba: entre los heridos leves, de nuestro ejército, figura el coronel de artillería Sr. Ordóñez, inventor de los cañones de su nombre, que últimamente había sido destinado á aquella plaza para dirigir las obras de fortificación. Sobre el acorazado yanki Massachussets cayó una granada que desmontó e hizo reventar un cañón, causando numerosos muertos y heridos entre la tripulantes y considerables averías en el buque; también las tuvieron importantes los cruceros New-York y Brooklin. A pesar de esto, los corresponsales norteamericanos que van con la escuadra de Sampson telegrafiaron á sus periódicos que ésta no habia tenido bajas ni sufrido avería alguna. Según estos mismos periodistas, los barcos yankis lograron hacer enmudecer todas las baterías de la plaza, en muchos de cuyos fuertes se declararon formidables incendios, en vista de lo cual el comodoro mandó cesar el fuego de sus buques y se retiró tranquilamente. Esto último no nos lo explicamos; si nuestros enemigos redujeron á silencio todos nnuestros cañones; si los desastres por ellos causados en nuestros fuertes fueron tan grandes como suponen; si, en una palabra, lograron vencer en toda la línea, ¿ como no aprovecharon ocasión tan excelente para apoderarse de la tan codiciada plaza? Francamente, no se comprende este nuevo sistema de hacer la guerra; hemos de suponer, sin embrago, dado el adelantamiento en todos los ramos de la gran república, que su precedimiento debe ser la última palabra de la estrategia y de la táctica navales. De no ser así, habremos de creer ó que Sampson demostró una prudencia rayana en miedo, ó que el relato de aquellos corresponsales es falso; esto último nos parece lo más lógico.

No obstante estos repetidos fracasos sufridos por su escuadra en Santiago de Cuba, no abandonan los yankis la idea de apoderarse de aquella plaza, á cual efecto siempre permanecen en sus aguas gran número de buques en espera de una coyuntura propicia para llevar á cabo sus propósitos apoyados por Máximo Gómez, de quien se dice que al frente de 5.000 insurrectos se dispone á atacar por tierra la ciudad. Dícese también que los norteamericanos han logrado realizar un desembarco en Guantánamo, cosa que niega el gobierno, fundándose en informes de las autoridades de la isla: los diarios de Nueva York, que afirman el hecho, dicen que el día 10 desembarcaron en la orilla Este de la bahía de Guantánamo 850 soldados de infantería de marina, protegidos por los cañones del Oregón y del Marblehead, y que después de haber incendiado varias casas ocuparon las alturas vecinas, construyendo en ellas trincheras y lervantando allí su campamento; y añaden que, atacados por las tropas españolas, sostuvieron un combate que duró trece horas y en el cual tuvieron los desembarcados cuatro muertos y un herido.

La Ilustración artística, Barcelona 20 de junio de 1898

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