Guerra hispano-estadounidense. Batalla de Santiago de Cuba X

El sitio de Santiago de Cuba

(de nuestro corresponsal particular)

Nueva York 14. 4’15 t.

Aumenta aqui el descontento y la inquietud por la grave situación en que se supone colocado al ejército americano en Santiago, por la lentitud con que lleva las operaciones el general Shaffter, cuya impopularidad aumenta por instantes.

Se sabe aquí que los americanos han hecho ya flotar cuatro veces la bandera de armisticio.

Se ampieza á comprender, por las noticias que corren, que la posición de los amaricanos es sumamente débil.

Es falso que tenga Shaffter emplazados cuatro cañones de sitio. Solo tiene uno. Los otros siete están á algunos pies bajo de agua y es imposible trasportarlos en aquel fangal.

El gobierno ha confesado que hay catorce casos de vómito negro en las ambulancias militares. Pero el público cree que para estar en lo cierto hay que multiplicarlos por 10.

Es imposible continuar el asedio en estas condiciones.

Dos semanas más bastarán para que las tropaa americanas queden aniquiladas por la fiebre amarilla.

Así piensa aquí la mayoría de las gentes, aún las menos exaltadas y no pocos militares.

En el mismo despacho se consigna la creencia de que el general Toral persiste en su negativa de capitular, porque ha llegado á su conocimiento el gran número de enfermos que hay en el campo americano.

El general Miles, á una pregunta del gobierno, ha contestado que las posiciones americanas son todo lo buenas que las circunstancias permiten.

Azor.

Nueva York 14, 8’5 n.

Se acaba de recibir un despacho de Washington anunciando que el general Shaffter ha telegrafiado al gobierno que están nombrados los comisionados por ambos ejércitos para convenir las condiciones da la capitulación de Santiago.

Azor.

La correspondencia de España 15/07/1898

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