En la guerra civil de aquel tiempo Ripoll decididamente se abalanzó hacia el lado liberal, y armó sus hombres con el fusil de nacional o urbano. La autoridad superior del Principado hizo a Vich centro de operaciones del batallón de migueletes Tiradores de Isabel II, conocido vulgarmente por el batallón de Montero, bien que entonces venía regido por el comandante Don Tomás Metzger. Este batallón fué el primero que se creó, procedente ya del 1833, y estaba compuesto de jóvenes atolondrados, casi todos de Barcelona. Constaba de mil plazas y extendía sus operaciones por aquel lado de la montaña catalana, recorriendo los distritos de Ripoll, Berga, Alpens, etc.