El claustro de Santa María de Ripoll XXIII

Las piedras cuentan las historias que tus ojos dibujan

Imposta galería sudoriental siglo XIV. Obrada por el taller de Jordi María bajo la abadiato del abad Ramon Descatllar y de Palasol (enero 1387 – 09 1408).

(…) Ripoll volvió a una cierta normalidad política e institucional hasta que estalló la guerra de Sucesión en el Principado. Son pocos los datos que tenemos de esta época. Sin embargo, sí son suficientes para poder afirmar que durante los años que duró la guerra, los hombres de la villa practicaron una indefinición calculada entre ambos bandos como táctica para obtener un consejo de gobierno propio independiente del abad: dar apoyo al archiduque Carlos o al duque de Anjou sólo era cuestión de lo que estos podían hacer por su causa local. Más que nunca cobra fuerza la hipótesis de Joaquim Albareda por la que afirma que el problema político existente en Cataluña durante los años de la guerra de Sucesión, para los hombres de Ripoll, tenía poca importancia frente al conflicto cotidiano de la ciudad, que influía a la hora de alinearse con los Borbones o con los Austrias. Una vez más, vemos como la oportunidad venía dada por el desbarajuste y el hecho bélico.
Por esta época encontramos dos documentos sobre la formación de un gobierno consular, similares pero con algunos rasgos diferenciados. Ambos corresponden a privilegios de insaculación municipal para la ciudad de Ripoll, pero, mientras que el uno corresponde al otorgado por el archiduque Carlos en 1707, y que permaneció vigente hasta el final de la guerra, el otro corresponde el duque Felipe de Anjou. Pero … cuando otorgó el Borbón un privilegio municipal a la población de Ripoll? Hasta la actualidad este hecho nos es completamente desconocido.
…..

Así, el 14 de junio de 1707, y después de pagar una cantidad a cambio superior a los mil doblones, la villa de Ripoll erige oficialmente con el estatuto jurídico de universidad con un Consejo de Gobierno y tres cónsules en la iglesia de San Pedro de Ripoll, ante el veguer de Vic, por orden real y privilegio de Carlos III en la ciudad de Ripoll. Sin embargo, hay que decir que la ciudad no pasó a jurisdicción real, sino que continuaba dependiendo del abad del monasterio de Santa María, a quien los cónsules debían jurar fidelidad al ser escogidos y tenían que pedir licencia para reunirse. Esta última solicitud, sin embargo, era más simbólica que real, dado que si el abad denegaba este ayuntamiento, los cónsules y Consejo podían igualmente juntarse a sonido de trompeta o de campana. Además, tenían que prometer que, en el ejercicio de su cargo, no promoverían ningún pleito de reversión a la Corona ni contra la jurisdicción del abad sobre la villa.

Finalmente, el 8 de marzo de 1715 se llevó a cabo un decreto de la Real Junta Superior del Gobierno que, a instancia del abad Félix de Vilaplana, ordenó que pasara un ministro del rey Felipe V para la población de Ripoll por reintegra -la a la obediencia del monasterio y abad de Santa María de Ripoll, anulando la forma de gobierno consular. Esta anulación tuvo lugar el 25 de marzo de 1715.

Una vila menestral sota el règim feudal. Ripoll i la seva
lluita contra el monestir (1678-1719)

El siglo XVIII comenzó con la guerra de sucesión y terminó con la guerra Grande. Para Ripoll, una gran fábrica de armas, fue uno de los siglos esplendorosos.

Sopa de Calabaza

Entre las diversas recetas de escudillas y sopas de calabaza, ésta, muy sustanciosa, procede de Andorra y de las comarcas del Pirineo, y se parece a las sopas de calabaza que hacían los monjes. El cocinero fray Francisco del Santísimo Sacramento nos propone una escudilla de melón y una de calabaza, con arroz, con el melón o la calabaza pasados «por el molinillo».

Ingredientes

400 g de calabaza
1 cebolla
1 patata
un puñado de judías cocidas (unos 50 g)
1 hueso de cerdo salado
1 trozo de tocino
un puñado de arroz (unos 50 g)
25 g de fideos
2 L de agua
sal

Elaboración

 

Poner a hervir el agua con los huesos, el tocino y la cebolla. Dejar hervir unas 2 horas a fuego lento, espumante ello. A continuación, añadir la calabaza cortada en trozos, sin piel ni semillas. A continuación, poner la patata cortada en dados y seguidamente el arroz y los fideos. Dejar cocer unos 15 o 20 minutos. Rectificar de sal y dejar reposar un cuarto antes de servirlo.
También puede hacer hervir las judías con los huesos. Puede poner brote de pecho, codillo, gallina, así como una pelota (como la de la escudilla y cocido) o morcilla. También se suele poner una bola de manteca o tocino rancio, que se deja deshacer en el caldo una media hora antes de sacarlo del fuego.
Igualmente, se puede hacer una versión vegetal, como la que hace fray Francisco del Santísimo Sacramento, aunque añade leche de almendras y azúcar, tal como se hacía en la cocina medieval y del barroco.

La cocina de 1714. Historia y recetas. Jaume Fàbrega

 

El claustro de Santa Maria de Ripoll XXI

Las piedras explican las historias que tus ojos dibujan

Imposta de la galeria Sud-Oriental del segundo piso, primera mitad del sigle XV, del taller de Tortosa, construida bajo los abadiatos de Ramon Descatllar i Palasol ( 1387-1408), Marc de Vilalba (1408-1409), Berenguer de Rajadell i de Boixadors ( 1409-1410) i Dalmau de Castellà i Despon ( 1410-1439).

Don Quijote y Perot Rocaguinarda I

Fragmentos de mi cartera de viaje.
El jubileo de Schiller en Bérlin.

No puedo dejar de consignar aquí, en honor de Cervantes, una honrosa confesión de Schiller, en la cual dice que la creación de Carlos Moor, el primer personaje de su primera obra dramática, titulada: Los Ladrones (Die Rauher) se la debe al autor del Quijote. Carlos Moor, ha nacido de Roque Guinart, aquel célebre capitán de bandoleros con quien D. Quijote se encuentra, ya en sus postreras aventuras y camino de Barcelona.
Como Carlos Moor, Roque Guinart es el bandido magnánimo, de quien se separaron los capitanes de las compañías de Napóles, según dice Cervantes, admirados de su nobleza, de su gallarda disposición y estraño proceder, teniéndole mas
por Alejandro Magno que por ladrón conocido. «Roque Guinart es el bandido caballeresco que no hacia mal á mujer ninguna, que las protegía aún á riesgo de su vida y de cuya equidad en la repartición dé lo que se habia robado, queda Sancho tan satisfecho que esclama: «Según lo que aquí he visto, es tan buena la justicia que es necesario que se use aun entre los mesmos ladrones.»

Guillermo Matta, Berlín 17 de noviembre de 1859

La América ( Madrid, 1857)

BNE

Don Quijote sorprendido por la cuadrilla de Roque Guinart

Antonio Carnicero 1773

BNE

Tipos y caracteres regionales en el «Quijote»

Respecto á Cataluña, observaremos el gran elogio de Barcelona, á pesar que de aquel país salió, según se cree, el Quijote de Avellaneda. Lo más notable de esta parte de la obra és lo relativo al bandolero Roque Guinart, tipo que faltaba en el libro, que sólo nos había presentado los malhechores presos. El tipo del bandido catalán es sumamente interesante, pues une en él la valentía y la nobleza, bien extraña en aquella profesión; todos los bandoleros de su banda presentan los rasgos propios del genio catalán, siempre dispuesto á todo lo arriesgado. D. Antonio Moreno retrata la hidalguía catalana, siendo éstos los tipos notables de esta región que en el libro sobresalen.

Antonio Balbín de Unquera

El Álbum ibero americano 14-5-1907

BNE

PEROT ROCA GUINARDA; historia d’aquést bandoler, por Luis María Soler y Terol (con ilustraciones é impresión de gran lujo).—Manresa, any 1909.

Recordará el lector que en los capítulos LX y LXI de la segunda parte del Quijote, aparece en escena un bandolero catalán, Roque Guinart, que acompaña al héroe manchego á Barcelona y le muestra la grandeza de esta cindad.
Este personaje no fué una invención de Cervantess, sino que vivió en aquella época, de 1582 á 1614, ejerciendo el bandolerismo diez años seguidos, interviniendo en muchos acontecimientos de la historia de Cataluña, hasta que indultado y desterrado á Napóles, allí también da mucho que hablar y no poco que penar.
…….
Es curioso que siendo Roque Guinart solamente el jefe de uno de los bandos de Narros y Cadells que, á semejanza de los Güelfos y Gibelinos, en Milán, los Parfos y Médicis, en Florencia, los Beamonteses y Agrámonteses, de Navarra, y los Gamboínos y Oñatinos, de la antigua Vizcaya, perturbaban el estado social de la comarca catalana de Vich, el nombre de bandolero, simple jefe de bando, llegase á degenerar para no designar sino ladrones en cuadrilla, Narros y Cadells tenían á mucha honra llamarse bandoleros; y si este nombre se hizo sinónimo de malhechores, fué parque los enemigos, en las guerras, tenían costumbre de insultarse con los peores epítetos.

Nuestro Tiempo ( Madrid) 7-1909

BNE

DESDE BARCELONA
Antiguo y moderno

Y don Manuel de Melo va siguiendo la descripción de los catalanes del siglo XVIII con tan abundante siembra de adjetivos truculentos que no parece sino que la Catalufia de entonces era una tierra dividida entre gente pacífica y bandoleros.
Tal vez Melo subraye excesivamente la bárbara vida catalana de antaño; pero nos ha dejado la tradición excesivos nombres de capitanes de cuadrilla para no creer en la abundancia y en lo pródigo de sus desafueros. La literatura ha conservado el tipo legendario de D. Juan de Scrrallonga, y el mismo «Quijote» nos habla del bandolero Roque Guinart «cuya fama no hay limites en la tierra que la encierren», y aun antes cuando Sancho y Don Quijote tropiezan con racimos de bandoleros ahorcados, el buen hidalgo le dice a su escudero: «Por aquí los suele ahorcar la Justicia de veinte en veinte y de treinta en treinta, por donde me doy a entender que estamos cerca de Barcelona.» Y aún la literatura ni la leyenda hablan de otros bandoleros extraordinarios, como aquel D. Pedro de Santa Cilia, que llegó a matar a trescientas veinticinco personas «por sus manos o industria» —escribe Melo—. Todo lo cual, palabras del «Quijote», leyendas y enumeraciones históricas, demuestran que la Cataluña de antaño sobrepuja a la actual en desgobierno, en crimen y en ladroneria.

Mario Aguilar

La Libertad ( Madrid 1919)

BNE

DUELOS I QUEBRANTOS

Cervantes refiere que la dieta del hidalgo manchego, compuesta de “una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las noches, duelos y quebrantos los sábados, lantejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda”

Ingredientes para cuatro
personas:
3 huevos,
100 gramos de panceta de cerdo
Jamón y picadillo
Sesos de cordero
Aceite de oliva
1 cucharada de vinagre
Sal, pimienta y una hoja de laurel
Puestos manos a la obra lo primero es freír el jamón, la panceta en trozos, en una sartén amplia, utilizando la propia grasa que sueltan los torreznos. Se cuecen los sesos con el laurel, el vinagre y la sal, se limpian, se trocean y se saltean en un poco de aceite de oliva. Por último se baten los huevos, se salpimientan y se hace un revuelto con los ingredientes anteriores.
Si queremos darles un toque tradicional y exquisito se puede servir adornado con pan frito y combinado con setas.

La Cocina de El Quijote

 

El claustro de Santa Maria de Ripoll XI

Les piedras explican las historias que  tus ojos dibujan

Frottage de unas letras en bajo-relieve de 7,5 mm de altura, que aparecen en el fuste de una de las columnas que hay en el cruce de las galerías suroriental y suroccidental debidas al taller de Jordi de Déu , y que corresponden a una tipografía Bodoni. Esta tipografía es clave dentro del estilo moderno aparecida a finales del siglo XVIII y que supone la culminación de 300 años de evolución de la tipografía romana.
Quien las grabó? y porque?

Hoy prepararemos un cóctel

Sea cual sea el origen de la palabra, los combinados existen desde la antigüedad. El primer coctel documentado data del siglo XVI, y algunas de las recetas más clásicas se prepararan desde hace muchísimo tiempo, ejemplo de ello es el coctel “Old fashioned”, un combinado de bourbon que apareció a finales del siglo XVIII. El Old Fashioned es un cóctel a base de whiskey rye (de centeno) o bourbon (de maíz).
El viejo libro del Bar Waldorf-Astoria de 1931 le da el crédito de su invención, o al menos su inspiración, al Coronel James Pepper, propietario del old 1776 whiskey. El coronel era miembro del club donde por primera vez se preparó la mezcla.

Receta
4 partes de whisky rye, bourbon, o blended.
1 terrón o una cucharada sopera al ras de azúcar.
2 gotas de amargo (bíteres) de Angostura.
1 golpe de agua o soda.
1 rodaja de naranja.
1 cáscara de limón.

Preparación
Poner el azúcar en el fondo de un vaso bajo, añadir el amargo de Angostura y agua. Mezclar hasta que se disuelva el azúcar. Con este almíbar pintar todo el vaso. Añadir la rodaja de naranja apretándola un poco para soltar algo de jugo. Añadir dos cubitos de hielo, servir el whisky y remover. Terminar con una espiral de limón (opcional) y 1 guinda al maraschino.
Algunos lo prefieren solo con la espiral de limón o sin las cerezas o con un poco de soda al final pero eso es gusto del consumidor.

El viejo libro del Bar Waldorf-Astoria de 1931