El monument II

 

Entre els acords presos en sessió de 6 de juliol de 1896 hi figura el de que, en vista d’una sol·licitud presentada pels Srs. Jgnasi Arqués i Eudald Illa que tracten d’erigir per subscripció pública i a la placa de la Constitucíó un monument a la memòria dels ripollesos que el día 27 de maig de l’any 1839 sucumbíren heroícament defensant la Víla en l’atac i en entrada en ella de les forces carlistes, es subscriu l’Ajuntament per 300 ptes. per tal de contri-buir a la realització de l’objecte esmentat.

El día 27 de maig d’aquell mateix any es posà la primera pedra i en igual data de l’any següent, 1897, s’inaugurà el monument, celebrant-se amb tal motíu varíes festes populars. No havent alcançat la subscripció a cubrir les despeses de l’obra, a prec de la Comissió, acordà l’Ajuntament, en sessió de 18 març de 1897, pagar les 1.500 ptes. que faltaven, i a 11 de juny de 1906 acordà construir el reixat que el tanca.

El monument és original de l’arquitecte N’Alfons Bonells i fos tot ell en lo fundició de ferro que en aquella data tenia aquí En Josep Buíxó.

Tomás Raguer
Scriptorium nº11 Novembre 1923

Arxiu Comarcal del Ripollès

La literatura apareguda durant la primera guerra carlina

De 1830 a 1839

Els anys trenta viuen alhora el romanticisme ple i alguns autors que comencen a abandonar per gastats aquests codis. Cal destacar la figura del poeta polonès Juliusz Słowacki o de Bonaventura Carles Aribau, el qual amb el seu poema Oda a la Pàtria introdueix les qüestions romàntiques i nacionals a la literatura catalana després de segles de persecució lingüística. Altres poetes romàntics destacables són José de Espronceda, autor de El estudiante de Salamanca (1837), on l’heroi té comportaments diabòlics o Goethe, que publica el seu Faust íntegre, i on també apareix el dimoni. Karel Hynek Mácha, amb el seu poema Maig, introduí el romanticisme a la literatura txeca, però fou mal comprès pels seus coetanis. El poeta nacional rus, Aleksandr Puixkin escrigué Eugeni Oneguin, un llarg poema narratiu amb els cànons romàntics i s’aprecia l’empremta romàntica en les obres de Victor Hugo, com Nostra Senyora de París o en alguns dels contes de Hans Christian Andersen.

Al mateix temps, però, França i Anglaterra comencen a acostar-se al realisme. El roig i el negre de Stendhal es pot considerar una novel·la de transició però les obres d’Honoré de Balzac ja són plenament realistes. Si bé apareix l’amor, l’interès principal dels autors és retratar de manera fidel la realitat i els diferents grups socials de la seva època i no d’altres segles. Les novel·les de Charles Dickens, com Oliver Twist, responen a aquesta voluntat malgrat continuï present un fort sentimentalisme.

Viquipèdia dixit

El tractat d’Elliot, 1835

El tractat d’Elliot per la salvaguarda dels presoners de guerra es signà el 27-28 d’abril de 1835, en dona notícies el

Por los mismos días en que Valdés pene­traba y se batía en las Amezcuas, la capi­tal de la monarquía, con ella todla Espa­ña, se hallaba altamente alarmada por la aparición de lord Elliot en las provincia con una misión trascendental cerca del Pretendiente. Unos atribuían esta misión del gobierno ingles á un plan de interven­ción estrangera, otros á una traición de las potencias unidas por el tratado de la cuá­druple alianza para sentar á don Carlos en el trono de Isabel; otros, en fin, al objeto noble, pero descabellado, de hacer frater­nizar á los dos campos enemigos. El minis­terio inglés, compuesto á la sazón de torys, no inspiraba confianza alguna. En la sesión del 21 de abril el señor Alcalá Galiano in­terpeló acerca de estos rumores al gabine­te, y el señor ministro de estado tranquili­zó un tanto los ánimos, asegurando que no se trataba de intervención ninguna, y que la misión de lord Elliot no tenia mas objeto que regularizar la guerra de Navarra, según las instrucciones de que había dado cuenta fiel al gobierno español el gobierno de Inglaterra.

En efecto, lort Elliot, acompañado del coronel Gurwood, después de haber teni­do una entrevista con don Carlos, se vio con Zumalacárregui en su cuartel general de Asarta, y le propuso, á nombre de la hu­manidad y de los gobiernos de Inglaterra y Francia, medios de poner término al bár­baro sistema de fusilar á los prisioneros y vencidos.

Convino el caudillo rebelde en la estipu­lación, y sin pérdida de tiempo los envia­dos de Inglaterra se trasladaron á Estella para obtener del general Valdés igual convenio.

En virtud de este tratado, que tomó el nombre de Elliot, los comandantes en gefe de los ejércitos que se hacían la guerra en las provincias de Guipúzcoa, Álava, Vizcaya y el reino de Navarra, convinieron en conservar la vida á todos los prisioneros que se hiciesen por una y otra parte, y en cangearlos cada tres meses, ó mas á menu­do, conforme las circunstancias, en justa proporción de número que cada parte tuviese, y por igualdad de clases. Estipulóse ademas que se respetarían los hospita­les y depósitos de prisioneros, que no se daría muerte á nadie por opinión política sin formación de causa, y que se haría estensivo el tratado á otras provincias, si las contingencias y vicisitudes de la guerra llevaba á ellas á las partes contratantes. Este tratado lo firmó á 27 de abril en su cuartel general de Logroño el general Valdés, y à 28 del propio mes en su cuartel general de Artaza, Zumalacárregui. Firmáronle ade­mas Elliot y el coronel Gurwood.

Google Books

Una altre visió de la capitulació

27 maig de 1839

…..los que estaban dentro no hacían más que prolongar la mortal angustia en que les tenía sumidos la temeraria resistencia del comandante de armas don J. Carbó (Frisa) que no quería rendirse, siendo de todos punto infructuosos los ruegos y lágrimas de su misma esposa que se lo imploraba de rodillas en nombre de tantos como nos hallábamos en aquel sagrado recinto. Cedió por último a las amenazas que se le hicieron de darle muerte para entrar después en una capitulación con los sitiadores a quienes veíamos ya arrimados a las paredes del templo, blandiendo el puñal homicida y amenazándonos de muerte, si no nos rendíamos a discreción”.

Libro de memorias de Agustí Caballería i Deop (Arxiu Comarcal del Ripollès)

 

«Desgraciados  los pueblos que necesitan héroes» Bertolt Brecht