El combat de Juragua

Rough Riders

El combate de Juragua

Continuan los periódicos americanos publicando detalles relativos á este encuentro, cuyos resultados, á juzgar por el tono en que se expresan, han sido modificar radicalmente la idea que se tenía en los Estados Unidos del carácter de la guerra.

He aguí cómo refiere al suceso el corresponsal del Daily Telegraph, el más yancófilo, quizás, de los periodistas que asisten a la campaña.

«Eran las siete de la mañana, cuando los rough riders ( el regimiento de caballería de Nueva York, que manda el coronel Wood y el teniente coronel Roosewelt), entraron en el poblado de Altares. Después de un breve descanso, comenzaron a subir el largo y estrecho sendero que conduce á la gran Mesa, que cierra la ciudad de Santiago del lado del mar.

El sol comenzaba á molestar mucho á los soldados, que cargados con él equipo de marcha, caminaban trabajosamente de uno en fondo.

No hacía aire ninguno.

Varias paradas fueron necesarias antes de llegar á la Mesa, una docena de mulas llevaban las municiones de reserva, medicamentos, etc., y tanto las acémilas como las mulas que arrastraban la batería de montaña que iba con el 25.º de infantería, parecían también sufrir mucho por el excesivo calor.

Un cañón de sitio de dinamita había sido llevado por una sección de rough riders hasta Juragua, donde los soldados estaban descansando. El 10.º de caballería, desmontado, hacía la ascensión á la Mesa desde Altares, mientras el 71,º de Nueva York, que acababa de desembarcar, se estaba formando para disponerse á la misma operación.

Pronto se advirtió que el día iba á ser en extremo caluroso. La brisa de tierra había cesado, y las ligeras ráfagas de la del mar apenas movían las hojas de los contados cocoteros que se veían en la linea de marcha.

Aun no había andado la columna una milla, cuando los soldados comenzaron á arrojar las mantas y otras prendas, y pronto se vió á algunos salir de la fila y …. á la sombra de …..

Los individuos de la ambulancia que dirige el doctor Lamotte estaban todos ocupados, atendiendo á los numerosos casos de postración producida por el calor.

No había señal alguna del enemigo. De repente, en lo alto de la colina que se levanta á dos ó tres millas de distancia, al otro lado del valle que corre paralelo á la Mesa, se vio una linea de humo blanco, y luego otra, y luego otra en rápida sucesión. Mientras los roug-riders tenían la vista fija en este encuentro, de una manigua situada a unas doscientas varas del lugar que ocupaban salió una descarga, y unas veinte balas de Mausser pasaron silbando sobre las cabezas de los de la vanguardia.

– ¡Eh, muchachos, esto va con nosotros! – gritó el coronel Roosevelt, que caminaba cerca de la columna.

En el momento de ser atacados, marchaban por un sendero tan estrecho que sólo podían caminar de uno en uno.

– ¡Desplegad y á tierra! – mandó el coronel Wood.

El escuadrón L., que formaba la primera línea, se desplegó rápidamente, contestando con una descarga. El fuego no detuvo al enemigo, que avanzó al ataque con bravura descargando sus fusiles al mismo tiempo. El fuego era muy rápido para fijar la puntería, y la mayor parte de las balas iban muy altas.

El silbido de los proyectiles, al penetrar por el chaparral, afectó á los nervios a los rough riders, aunque pocos dieron señales de pánico, conservando la serenidad. El coronel Wood y el coronel Roosevelt pronto restablecieron la confianza, siendo reforzado el escuadrón L. por el escuadrón G. El enemigo siguió avanzando, sin embargo, y los soldados del coronel Wood se retiraron lentamente.

Entre tanto el ruido de los disparos advertía á los otros escuadrones á retaguardia, entrando éstos también en fuego, el cual llegó á ser terrible. Las balas del enemigo venían de diferentes lados sobre nuestra gente. Apenas comenzó el encuentro, varios de los rough riders rodaron sin vida, muertos por las balas enemigas.

El mismo corresponsal, en telegrama expedido al día siguiente desde Saboney dice:

«En las nueve millas que he tenido que recorrer hasta llegar aquí he encontrado el camino sembrado de mantas y ropa de abrigo, completamente impropia para una guerra en país tropical y para los movimientos de una expedición de este carácter. Muchos soldados, vencidos por el calor, no han podido seguir la marcha, y á uno de éstos que ha muerto lo hemos enterrado hoy. Cuéntanse entre ellos personas muy conocidas de la sociedad de Nueva York.

Ha, habido alguna confusión en el combate de ayer, durante el cual se dice que varios de nuestros soldados fueron heridos por sus camaradas, Se censura mucho…… ( aquí un tros estripat) … lo ocurrido como un principio desgraciado de las operaciones en tierra. »

El Liberal 1 de julio de 1898

La situación de los invasores

En Santiago de Cuba

(Por telégrafo)

Londres 30. – The Morvig Post ha recibido un telegrama de Nueva York anunciando que los españoles se han atrincherado fuertemente en Santa Úrsula.

Londres 30. – La situación de los americanos que desembarcaron cerca de Santiago de Cuba es muy crítica, según los últimos despachos.

Aumentan las bajas á causa dal vómito, las tifoideas y el sarampión. El calor es horrible, los víveres escasean y además resultan de mala calidad, pues los proveedores de los Estados Unidos se han propuesto explotar la guerra de una manera vergonzosa.

Los periódicos americanos formulan violentas quejas sobre el particular y al mismo tiempo manifiestan que es muy grande el desorden en la intendencia militar.

Ha continuado el bombardeo de Aguadores, pero no hay noticia de que haya surtido efecto. Ni ayer ni anteayer hubo ningún combate serio entre españoles y yankees, limitándose á tiroteos de las avanzadas.

La Unión católica viernes 1º de Julio de 1898

Periodistes a la Guerra de Cuba

La correspondencia de España 01/07/1898

De un artículo publicado ayer en El Globo por mi compañero Teodoro S. Creus, se desprende que la Renaixenxa —periódico barcelonés—ha emprendido una campaña contra los periodistas españoles porque no han auxiliado con las armas á los valerosos soldados que tan bizarramente pelean en las guerras coloniales.

La estrañeza que me ha producido tal afirmación de la Renaixenxa me determina, como iniciador y uno de los organizadores de las Escuadras de la Prensa de Cuba, á proporcionarle algunos datos que debe ignorar el colega catalán y que tratan precisamente de ilustrados compañeros en la prensa que voluntariamente han compartido y comparten en la actualidad con nuestro ejército las fatigas y penalidades de la campaña.

Las Escuadras de la Prensa que pelean en la guerra de Cuba á nombre de la prensa española, es un batallón de voluntarios aguerridos, iniciado por mí y organizado por D. César Pascual Castañón, auxiliado por el iniciador.

En la primera compañía de estas fuerzas se encuentran el segundo teniente D. Vicente de Diez Vicario, periodista que fue á Cuba representando El Globo.

Habiendo manifestado deseos de salir á operaciones este compañero, le nombraron— para movilizarle—capitán del batallón de voluntarios de artillería de la Habana, y aceptó después el modesto empleo de segundo teniente en la primera compañía de las Escuadras de la Prensa, quizás porque ostentaban tan honroso titulo.

En la misma compañía ingresó también con igual empleo, D. Vicente Vázquez Rodríguez, entonces corresponsal artístico del Heraldo de Madrid. Esta compañía, compuesta en sus comienzos de 204 plazas, quedó reducida nueve meses después á siete individuos, y sus oficiales postrados en el Hospital.

A Diez Vicario, en la primera operación que realizó su compañía en combinación con otras fuerzas del ejército allá por el rio Mosquito — trocha de Mariel-Majana,—le hirieron el caballo; y siendo algunos meses más tarde teniente, comandante de un fuerte de la trocha, le hirieron gravemente.

En mi compañía, que opera por Tunas de Zaza (Sancti-Spíritus), hay otro periodista —Eduardo Núñez Sarmiento,—que cuenta varios hechos de armas, teniendo ocasión de batirse bravamente con una numerosa partida insurrecta que trataba de tomar el fuerte defendido por un puñado de valientes, mandado por este querido compañero é improvisado teniente.

Últimamente, Vázquez Rodríguez, recién salido del Hospital, y destacado en el ingenio Neptuno (Artemisa), sostuvo nutrido fuego con el enemigo, viéndose en una situación comprometidísima.

La Renaixenxa puede informarse de todo lo expuesto, y de algo más, en las oficinas del Estado

Guerra hispano-estatunidenca. Retalls de premsa VIII

Los yankees en Cuba

(de nuestros corresponsales particulares)

Nueva York 23, 5 t.

El generalísimo Miles ha dirigido un telegrama á Calixto García concebido en estos términos: «Estamos entusiasmados por su conducta con motivo del desembarco en Cuba del ejército americano. Recibid nuestras calurosas felicitaciones.»

Calixto, con objeto de corresponder al buen concepto que tiene formado de él Miles, ha dado órdenes severas para moralizar sus partidas, prohibiendo especialmente que tomen dinero de los americanos á cambio do los servicios que les prestan en el país, pues según parece, las tropas regulares yankees tratan á las bandas de insurrectos con algún desprecio y les suelen dar dinero á cambio de algunos servicios que les hacen en marchas y campamentos.

En el bando que con este motivo ha publicado García, se dispone que sea inmediatamente pasado por las armas todo cubano á quien se pruebe que ha tomado dinero de algún individuo del ejército aliado.

Azor.

La correspondencia de España 29/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo XIV

(de nuestros corresponsales particulares)

Nueva York 27, 8 m.

Dicen de Washington que el gabinete de informaciones del departamento de la Guerra ha recibido aviso de que España tiene concentrados 40.000 hombres en Santiago de Cuba.

El presidente Mac-Kinley, en visto de los primeros partes de Sampson y Shaffter, dándole cuenta de la facilidad con que se había ejecutado el desembarco, esperaba que Santiago se habría rendido ayer á los norteamericanos.

Estas cuentas galanas del presidente quedan desvanecidas por los cálculos, que basados en noticias posteriores y en el estudio de la marcha de la campaña, ha hecho el Consejo superior de la Guerra, Según esas autoridades militares se reconoce la imposibilidad de tomar Santiago con menos de 30 días de sitio.

Los partes oficiales fechados á bordo de la escuadra de Sampson, en los que se da cuenta de los combates de Juragua, consignan que la conducta de las tropas españolas y el brío con que combatieron á los norteamericanos fue admirable.

Añade que los prisioneros españoles que los norteamericanos hicieron al desembarcar hace dos semanas en la Caimanera, muestran un espíritu muy levantado, á pesar del estado de extenuación en que los habían puesto las inclemencias del clima y las fatigas de los combates reiterados que habían sostenido.

Dichos prisioneros, al conocer por los norteamericanos que los guardan el desembarco de las tropas de Shaffter, han manifestado su convencimiento de lo dura que será la lucha para los yankees, pues saben que sus compatriotas se resistirán hasta derramar la última gota de sangre, mientras uno pueda quedar en pie no dejará libre él paso á las fuerzas desembarcadas.

Azer.

La correspondencia de España 28/06/1898

El Papa, la Reina i els Carlins.

Londres 27, l0 m.

El Standard ha recibido un telegrama de su corresponsal en Roma, diciendo que ha tenido promesas formales de los carlistas, de que éstos no atacarán en los momentos actuales á la dinastía, y que solamente se lanzarían al campo en el caso de que estallase una insurrección republicana.

Dice también que León XIII ha escrito á la Regente una larga carta sobre la situación actual.

Reyer.

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Santiago de Cuba III

Santiago de Cuba (sin fecha).

(Reexpedido de Londres el 26 á las 11,55 n.)

Según el parte dado á Washington por el general que manda las fuerzas norteamericanas, las que tomaron parte en el combate del 21 fueron los regimientos 7, 13 y 17 de infantería Estados Unidos, 2.° de Massachusets, 71 de Nueva York, cuatro escuadrones desmontados del 1.º caballería Estados Unidos, cuatro del 10.º y ocho jinetes Rosevelt.

En dicho parte confiesa el enemigo haber tenido doce muertos, incluso el capitán Sampson y el sargento Fish y 60 heridos. Nuestras tropas formaban un escalón avanzado compuesto de tres compañías del batallón provisional de Puerto Rico, dos del batallón de Talavera, penínsular, y una movilizada.

Las fuerzas estaban mandadas por el jefe de Puerto Rico D. Andrés Álcañiz.

Sostuvieron, á pesar de la gran desigualdad del número, el ataque con gran bizarría, y después de reñidísimo combate hicieron retirarse á los yankees.

El general Linares ha publicado hoy una orden general á este cuerpo de ejército, en términos levantados y entusiastas, sobre la defensa de esta plaza.

El corresponsal.

(Como se ve, continúa la severa censura en Santiago, no dejando circular los telegramas particulares hasta la publicación y transmisión de las noticias oficiales.

El cablegrama de nuestro corresponsal, en su primera parte repite las noticias contenidas en los telegramas oficiales que ayer se facilitaron á la prensa de Madrid; pero éstos no contenían el detalle de las fuerzas españolas que el día 21 rechazaron al enemigo, y puestas como están en el cablegrama de nuestro servicio particular, unas frente á otras, resalta más claramente demostrada, la valerosa defensa que un puñado de soldados españoles ha hecho de las posiciones que ocupaba frente á fuerzas diez veces mayores, á las cuales han rechazado, causándoles bajas de consideración.)

Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra IX

Almirall William Sampson

No es muy halagueña la situación en que se encuentra Santiago de Cuba: hasta ahora la escuadra de Sampson se ha limitado á cañonear casi diariamente los fuertes de aquella plaza sin causarnos bajas ni ocasionar grandes desperfectos en nuestras baterías; pero habiendo llegado ya á aquellas aguas los refuerzos que esperaba el comodoro, es de temer que las operaciones de éste revistan en lo sucesivo mayor importancia y que en breve se trabe allí una acción que bien pudiera ser decisiva y que de todas maneras habrá de ser muy sangrienta. Porque si los yankis cuentan con fuerzas numerosas apoyadas por las partidas de Calixto García y Rabí, las tropas españolas de Santiago constituyen un ejército no pequeño ayudado por las obras de defensa y por las fortificaciones; y si los norteamericanos han puesto todo su empeño en apoderarse de aquella plaza, los nuestros se disponen con no menos empeño á impedirles el logro de sus propósitos, y á la tenacidad y violencia del ataque han de corresponder violencia y tenacidad no menores en la resistencia. Todo hace prever, por consiguiente, importantes hechos de armas en aquella parte del teatro de la guerra.

Con esto quedará aplacada la impaciencia del almirante Sampson, el cual, al decir de cierto periódico de Nueva Vork, mostrábase muy quejoso del retardo que sufría el envío del cuerpo de desembarco y se lamentaba de que le hicieran perder el tiempo en inútiles y costosas operaciones, como los distintos bombardeos de Santiago y de San Juan de Puerto Rico, y de que con la inactividad á que se le tenía condenado se enervaran los oficiales y las tripulaciones de su escuadra.

Mucho se ha discutido durante estos últimos días acerca del desemharco en Guantánamo de que nos ocupamos en la crónica anterior: el gobierno español no lo afirmaba ni lo negaba, limitándose á decir que no tenía acerca de este hecho noticias oficiales. En tanto, los corresponsales, así los de los periódicos de los Estados Unidos como los de los españoles, no sólo daban por realizado el desembarco, sino que publicaban detalles de varios combates librados entre los yankis desembarcados y nuestras tropas. Se ha hablado también de varios desembarcos parciales que nuestros soldados lograron impedir. Pero todo el interés de estas operaciones aisladas ha cedido ante el que despierta el desembarco de la expedición del general Shafter, que el dia 21 arribó á las costas de Santiago de Cuba.

La Ilustración artística, Barcelona 27 de junio de 1898

Guerra hispano-estatunidenca. Retalls de premsa VII

Nueva York 26,9 m.

Según esos mismos despachos, los yankees siguen avanzando rápidamente, formando sus avanzadas y exploradores la guerrilla de caballería de Rough Riders, organizada por el millonario Roosvelt con voluntarios de familias ricas y conocidas de Nueva York.

Estas fuerzas ligeras son, según parece, las que mejor se batieron en los encuentros de ayer, y entre los voluntarios que la forman se cuenta el mayor numero da bajas, figurando entre los muertos el sargento Hamilton Fish, muy conocido y querido en los círculos aristocráticos de esta ciudad.

Azor.

Nueva York 26.

El periódico The Fost publica un despacho, confesando que en la batalla de Juragua los jinetes americanos apelaron á la fuga, ante el fuego nutrido de las tropas españolas.

La correspondencia de España 27/06/1898

Els carlins a 1898 – I

( de nuestro corresponsal particular)

Berlín 26.

El periódico Berliner Lokal-Anzeiger, publica el relato de una interview de su corresponsal en Madrid con el conocido jefe carlista, Sr. Vázquez de Mella.

Empieza negando que D. Carlos haya cambiado de ideas, pero se impone, según dice, un cambio radical de cosas en España.

En veinte años no han hecho nada los carlistas contra el régimen actual, y á pesar de esto, hallase gastado. Tres distintas guerras han mutilado el país.

Declara el Sr. Mella que hace dos años consideró inevitable la guerra con América y pidió que España saliera del aislamiento en que se encontraba.

Añade que era favorable á una alianza con Francia, pero no se habría opuesto al ingreso de España en la triple alianza. Ninguna de las dos cosas se ha hecho.

Pudo haberse comprado cuatro acorazados y con ellos nuestra escuadra sería potente, pero tampoco se hizo.

La concesión de la autonomía, en vez de preparar el terreno para la paz, ha acelerado la ruptura de las hostilidades.

La crisis económica es enorme y se siente especialmente en Cataluña, donde se cierran fábricas y se despide a obreros.

La república, dice el Sr. Mella, es en España imposible; los republicanos son doctrinarios y están divididos.

En España, como en Francia é Italia, ha fracasado el parlamentarismo.

El pueblo español es monárquico, católico y fuerista.

Del carlismo se ha formado, especialmente en el extranjero, equivocado concepto.

D. Carlos no quiere ser monarca absoluto. El carlismo representa una monarquía de la forma de la de Guillermo, rey de Prusia.

Lo que quiere D. Carlos es descentralización económica y administrativa; regionalismo que respeta el desarrollo histórico de España, elecciones de clases como en Prusia, el derecho del veto para el rey y la elección de los municipios por el pueblo.

España, por el carácter de sus habitantes, necesita un gobierno fuerte.

Un monarca constitucional es mil veces preferible á la oligarquía irresponsable de los gabinetes que efectivamente reina ahora en España.

El carlismo dice el Sr. Mella, ha aumentado mucho en España.

La monarquía actual es una monarquía civil y D. Carlos representaría una monarquía militar. Termina el Sr. Mella asegurando que á toda Europa conviene mucho que D. Carlos llegue al trono de España.

Aquí han producido extrañeza algunas de las declaraciones carlistas de la interview que dejo indicadas.—Holdzman.

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Santiago de Cuba II

Santiago de Cuba, (sin fecha).

(Reexpedido de Londres el 25 á las 10,53 n.)

La columna del general Rubín, á las órdenes del comandante general Linares, que habia tomado posiciones en el camino de Siboney á Sevilla fué atacada por los norteamericanos al mediodía y en la tarde de ayer, trarbándose reñido combate que terminó siendo rechazado el enemigo cuyas fuerzas se componían de infantería de línea y caballería.

En la mañana de hoy, estando acampada la columna del general Rabín entre Siboney y Sevilla, en las inmediaciones del poblado de Altares, el enemigo se presentó por las faldas de la loma que domina dicho poblado, formándose en batalla al descubierto.

Las fuerzas enemigas eran en considerable número.

Su núcleo principal lo formaban tropas regulares de infantería, flanqueadas por algunos escuadrones de caballería.

Traían también artillería, que emplazaron en batería decde el comienzo de la acción.

El enemigo atacó decidido y con denuedo.

Los nuestros desde luego respondieron al ataque enérgicamente, ocupando las alturas de la loma que domina la intersección del camino de Altares á Prudencia con el de Siboney á Sevilla, por donde habían llegado los yankees.

Estos intentaron por dos veces tomar la loma cargando á la bayoneta, siendo en ambas ocasiones vigorosamente rechazados por nuestros soldados y habiendo momentos en que casi se llegó á luchar cuerpo á cuerpo.

Según parece, á las fuerzas norteamericanas se habían unido algunas partidas de rebeldes, que les sirvieron de guías y exploradores.

También formaban parte de la columna enemiga fuerzas de marinería desembarcadas de la escuadra de Sampson.

Durante el combate se vió que las balas de nuestros soldados hacían numerosas bajas en las filas enemigas, siendo imposible precisarlas, porque el parte oficial no las detalla.

Todo el tiempo que duró la acción los buques enemigos estuvieron cañoneando la costa.

Se ignora el objeto de este fuego de la escuadra, pues sus proyectiles no alcanzaban á nuestras posiciones y, por consiguiente, no hicieron daño ninguno.

En ambas jornadas tuvimos nosotros, siete muertos de la clase de tropa, el capitán del batallón de Puerto Rico Sr. Lancis y el teniente señor Corregen heridos de gravedad; el teniente de caballería del Rey Sr. Lastortras herido leve; doce de tropa heridos graves, doce leves y varios contusos.

Aquí en Santiago todo está preparado para la defensa.

Se ejerce una vigilancia esmerada y el espíritu de la población es excelente, mostrándose todo el mundo dispuesto á resistir hasta el último trance.

Las autoridades no descansan un momento, infatigables en el cumplimiento de su misión, atendiendo á la cuestión de subsistencias lo mismo que á las de defensa.

Las fuerzas de infantería de Marina y la marinería desembarcadas de la escuadra de Cervera, prestan servicio en las trincheras avanzadas.

El corresponsal

La correspondencia de España 26/06/1898