Repoblament de Ripoll 1840 – 1900

El Padró de 1840 ens parla dels primers indrets que van ser habilitats per reviure Ripoll, es trobaven a la zona de l’Almoina, el molí, el Prat, la Farga i els carrer del Valls, Donya Estasia, la Plaça Nova i el Mercadal. En total van ser 111 famílies les que van començar a aixecar de nou el poble.
Progressió de la demografia de Ripoll fins a 1900:

1840…………………………..901 veïns,  aproximadament meitat  homes meitat dones
1841…………………………1054 veïns
1842…………………………..805 veïns
1845…………………………..908 veïns
1846…………………………..895 veïns
1854…………………………1729 veïns
1857…………………………2424 veïns
1860…………………………2385 veïns
1877…………………………2680 veïns
1887…………………………3584 veïns
1900…………………………5037 veïns

Dades extretes dels padrons i censos conservats a l’Arxiu Comarcal del Ripollès

Francesc Savalls i l’urbanisme

Hom conta que estant un dia En Savalls a la paret de l’hort de casa Budallés, veient la carretera de Ribes a tocar de mà, va jurar que les seves tropes no farien més aquella gran marrada per anar de la carretera al Corral. Tot seguit envià a buscar l’alcalde, manant-li, sota pena de passar-lo per les armes sí no complia, que fes enderrocar immediatament la casa de la Col·lecta i procurés l’obertura complerta del Ramal. L’endemà ja es tirava la casa a terra.
Per aquest negoci, En Savalls no podia comptar aquí amb persona més adequada que el comandant militar de la Vila, el famós Don Josep Cossetti, més conegut per Don Pepe, o En Pep, com li deien els seus amics. Aquest personatge, italià de nació, era molt aficionat a la policia urbana. Manava arrebossar les façanes noves, repintar les velles, tancar setials i altres mil coses d’incumbència de 1’autoritat civil que ell s’abrogava per complert.
A la vista tenim una copia de l’ofici datat a 20 de maig de 1874 i dirigit al Párroco, manant-li «en uso de las facultades que me están conferídas por el Exmo. Sr. Marqués de Alpens» que no s’oposi de cap de les maneres a l’obertura del Ramal, que devia atravessar l’horta de la rectoria; la contesta del Párroco, dient que no hi posaria cap obstacle i demanant la deguda indemnització, i la contesta d’ En Pepe manifestant que ho troba bé i que ja ho comunicara al Sr. Marques d’Alpens (Savalls).
En sessió 7 agost de 1879, el tinent d’alcalde En Josep Raguer, fa present la conveniència de legalitzar la situació, consignant-se en acta i participant al Governador Civil l’obertura del carrer, feta per l’Autoritat militar carlista, demanant-li, demés, el poder alienar les petites parcel·les que havien restat.
D’aquest carrer la gent en deia, i en diu encara la majoria, el Ramal, per ésser un ramal de la carretera de Ribes, avui primer tros de la de Ripoll a Sant Joan. El retol portava també, Calle del Ramal.
Tomàs Raguer
Scriptorium nºII, Febrer de 1923

Els fets de març de 1873, setge i caiguda de Ripoll, danys col·laterals

El 1873, en la tercera guerra carlina, l’església de Sant Eudald, on hi havia set o vuit carrabiners parapetats, fou atacada i incendiada, causant la desaparició de la marededéu que havien baixat del Catllar. També va desaparèixer el primer altar a mà esquerra, dedicat a Sant Cristòfol.

L’església de Santa Maria del Catllar. Ripoll.
Jordi Colomer i Salomó
Col·lecció redescobrir el patrimoni, nº1

Els fets de març de 1873, setge i caiguda de Ripoll, segons la premsa de l’època VII

En uso de nuestros derechos indescriptibles ilegislables, mientras Los DESCAMISADOS declaran siguen la guerra a Dios, a la familia y a la propiedad, guardándose La Discusión de decirles ni siquiera que comprometen a la República, tomamos de los periódicos liberales, las siguientes

NOTICIAS CARLISTAS.
CATALUÑA.
Por de pronto véanse los siguientes interesantísimos detalles sobre la toma de Ripoll, que un oficial de Savalls dirige a un periódico de Barcelona.
“Ripoll 22.
Querido amigo D. Nicolás: Después de tomar un café, saboreando un veguero de tres cuartos en compañía de varios oficiales, tomo la pluma para comunicarle la grata noticia que en este mismo momento rompe el fuego nuestra artillería distinguiéndose por sus certeros tiros el cañón Alfonso, que bate el fuerte llamado cuartel, defendido por unos 120 carabineros.
Nuestros Voluntarios se baten como nunca.
Los enemigos no saben hacer otra cosa que admirarlos.
Se han rendido ya los de la iglesia y no tardarán en hacerlo los demás.
Nos dicen que doña María de las Nieves no consiente que nadie sirva a los heridos, siendo sola la que les proporciona cuanto piden.
Los Voluntarios la victorean calurosamente. No tengo más tiempo. Su amigo,— Joaquin Martín.-”

TRES VICTORIAS.

Amigo D. Nicolás: Escribía V. desde el café de Ripoll, y vuelvo hacerlo desde este punto para darle cuenta de las tres victorias a1canzadas por nuestros bravos Voluntarios.—Unos 600 hombres, al mando de S. A. Don Alfonso, nos dirigimos a Ripoll con intención de dar el asalto.—Tomamos posiciones, y esperamos la llegada de SS. AA. para atacar. – A las doce del día 21 se recibió la orden , y después de algunos disparos, mandó el general de artillería, don Francisco Savalls, cargar a la bayoneta sobre la fuerza que había en el puente de entrada del pueblo.—El enemigo no resistió la carga , y se encerró precipitadamente en los fuertes.—Dueños nosotros del resto de la población, colocada la artillería en los puntos convenientes, consiguieron rendir a discreción a los fortificados en la iglesia, defendiéndose los del cuartel y una casa hasta el día siguiente, hora dos de la tarde, en que también, a discreción, se vieron obligados a rendirse.—Nos apoderamos de unos 300 fusiles Remington, 14 cargas de municiones y otros pertrechos de guerra, y nos retiramos, porqué una columna venia en su auxilio.—Esta es la primera victoria.
Tan pronto como pusimos los prisioneros fuera del alcance del enemigo, tomamos posiciones para esperar la columna, la que no se hizo esperar. Se rompió el fuego, y a las cinco de la tarde encerraron en Ripoll, de donde no creo que vuelva a salir.—Esta es la segunda victoria.
La tercera la consiguió pundonoroso y valiente Galcerán, batiendo a otra columna , que encerró en Vich, no sin haberla dispersado y cogido una compañía entera.—Tenemos que lamentar, del ataque de Ripoll, dos muertos y muchos heridos, de la segunda acción un muerto y cinco heridos, y de la de Galcerán, o sea la tercera, no sé otra cosa que la sensible herida del jefe Galcerán.
El consejo de guerra condenó muerte a 10 carabineros por habernos hecho una traición. Después de poner bandera blanca en señal de parlamento, cuando se aproximaban los nuestros para hablar, les hicieron una descarga, matando e hiriendo a dos. A los demás los guardamos con todas las consideraciones en número 140 hombres. Según la conducta del enemigo obraremos.
No tengo, más tiempo afectísimo amigo, Joaquín Martin.
P.D. Doña María de las Nieves curando heridos durante el asalto de Ripoll. Yo le vi servirles las medicinas y escuché las palabras cariñosas y consoladoras que les prodigaba. Después de habitación en habitación recorría continuamente por si alguno se quejaba. Los Voluntarios la victorean.
En el ataque el enemigo y los nuestros han hecho heroicidades que admiran.
De Berga no hay más pormenores que los que dimos ayer en el Suplemento.
Sobre la acción de la Gleva, que recordará siempre a todos los buenos con la mayor aflicción la muerte de Galcerán, nos parece que no pueden decir más las dos cartas que insertamos del Diario de Barcelona.

MOYÁ 27 de Marzo.
Volvemos estar visitados por los carlistas.
Ayer, a las cuatro de la tarde, llegó Guiu con su partida, fuerte de unos 200 hombres, entre los que figura gente nueva de la que se les va incorporando diariamente. En cambio se echan a faltar en ella algunos de los primitivos que han pasado a los Guías de D. Alfonso. Vienen muy satisfechos de la acción de la Gleva, cuya victoria se atribuyen.
También ha venido el recaudador de contribuciones para exigir un nuevo trimestre de…… que se ha llevado unos 40 duros.

VICH 26 de Marzo
Un grande acontecimiento acaba de tener lugar en el teatro de la guerra. Galcerán ha muerto de resultas de la reacción sobrevenida a la herida que recibió en la parte inferior del muslo y que le subió, por estar sentado en la silla del caballo, hasta el bajo vientre, interesándole alguna entraña principal. Los carlistas han perdido un buen jefe, pues todos los oficiales que le vieron en la acción del 23 hicieron los mayores elogios de su pericia militar. El distrito del Llusanés ha perdido un amigo, porque amaba aquel país y le defendía contra las exacciones inmotivadas de otras partidas, y los liberales se han librado de un enemigo temible. Sus restos descansan en San Quirze de Besora, siendo su entierro la causa, según se dice, de que los artilleros de Conanglell hayan podido retirarse esta mañana con toda tranquilidad aquí abandonando un establecimiento que no les ofrecía bastante seguridad.
La batalla del domingo, aunque no tan mortífera, como decía el telegrama publicado por V., es ante todo muy importante por la muerte del jefe que la dirigía, siendo quizás el único o uno de los muy pocos fallecidos carlistas, pues el herido que está aquí vive aún, a pesar de que me habían asegurado que había muerto.
Según se dice, jugaron en la acción ocho cañones, seis salidos de aqui y dos de Conanglell; merced a esto la tropa no sufrió una derrota más o menos fuerte, como de seguro hubiera sucedido, por el desorden con que obraba por falta de oficiales, según ellos mismos confiesan con una ingenuidad que les honra.
Sin añadir ni quitar coma, voy a continuar algún dato que acaban de comunicarme, procedente de un hombre que acaba de llegar de Ripoll. Es el que habla.
Las bajas de los carlistas en la acción de Viñolas fue de 19 hombres, 2 muertos (ahora 3) y 13 heridos. De tropa hay muchos muertos, algunos heridos y pocos prisioneros; a no ser la artillería, que trabajó denodadamente, y el refuerzo de Conanglell, la tropa hubiera quedado muy maltratada por la confusión que reinaba en la misma por la falta de jefes y el orden con que pelearon los carlistas. Galcerán fue encontrado muerto ayer a las seis de la mañana, cuando pensaban que descansaba, sin recibir los sacramentos; pero lo había verificado el domingo con muchos individuos de su partida antes de empezar la acción. Mañana se celebrarán los funerales en Prats, donde concurrirán unos 3.000 carlistas, incluso D. Alfonso, quien ha sentido su muerte.
Larramendi se encargará del mando de su partida. Las bajas de los carlistas en Ripoll han sido de 19; no es cierto que sea muerto el hijo de Barrancot: el que murió a consecuencia de la descarga dada por la guarnición de San Eudaldo, después de sacada la bandera blanca, que un francés zuavo, persona muy valiente y estimada entre los suyos. Los carabineros fusilados por aquel acto son 10. En San Eudaldo han sufrido mucho por las llamas el órgano y el altar mayor; entre los carabineros había una mujer.
Las tropas de Savalls recogían los fusiles Remington cambiándolos por los suyos; además de un centenar de aquellos cogieron 200 más y muchas municiones.
De otro hecho de importancia nos da noticia las siguientes líneas de La Imprenta, archirepublicana de Barcelona:
«Anteayer se recibió en esta ciudad un parte de Vich anunciando que la escasísima guarnición de artilleros de Conanglell se hallaba en graves apuros a causa de hallarse circunvalada de todas las facciones de la provincia de Gerona en número de 3.000 hombres. Ayer se recibió otro telegrama manifestando que la situación de Conanglell había empeorado a causa de no haber llegado refuerzos. A consecuencia de esto, a las primeras horas de la tarde de ayer salió una fuerte columna en dirección a Vich. Ojalá que pueda llegar a tiempo. Conviene hacer constar que de Conanglell se retiró ya tiempo atrás el ganado de la remonta y todo el material, de manera que la presencia de unos cuantos artilleros aislados en Conanglell, en donde eran completamente innecesarios, sólo se explica por el desbarajuste que hace algún tiempo reina en las operaciones militares. Por esté motivo sería mucho más lamentable la rendición del punto de Conanglell, que algunos suponían anoche realizada ya».

Article de “La Esperanza” 31-03-1873

Els fets de març de 1873, setge i caiguda de Ripoll, segons la premsa de l’època VI

Madrid 25 de marzo

Escasa son las noticias que puedo hoy comunicar a ustedes, por que indudablemente, desde que los gorras de pelo abandonaron el Congreso, la nación está que ni una balsa de aceite, y sin la cuestión carlista que preocupa grandemente al gobierno y a todos los buenos republicanos, podría decirse que ha mejorado el estado del país; mas es imposible negar que la noticia del ataque a Ripoll y los horribles asesinatos cometidos por el bárbaro Savalls, han impresionado dolorosamente a toda la población, porque revela la audacia de las fuerzas carlistas, adquirida por causa del estado de abandono por que la nación pasó a causa de la debilidad del gobierno, producida por el estado de la Asamblea y las continuas algaradas de los radicales.
Todo el que tiene conocimiento del estado de Cataluña, sabe que las piezas de artillería con las que se han presentado delante de Ripoll los carlistas, pasaron por la frontera francesa, cerca del pueblo de Terrades antes de la proclamación de la República, producto del abandono en que ha tenido los negocios de España don Salustiano Olózaga, ocupado solo en hacer calendarios sobre la República Federal, trasmitirlos telegráficamente al gobierno, y estar al corriente de las novedades culinarias con que enriquece su repertorio de los grandes cocineros europeos.

Article “La Independencia” 27-03-1873

 

Els fets de març de 1873, setge i caiguda de Ripoll, segons la premsa de l’època V

SUCESOS CARLISTAS
De uno de nuestros corresponsales, oficial en una de las columnas de operaciones, recibimos la siguiente carta:
Ripoll 23 de marzo
Os voy a describir a grandes rasgos la acción dada por esta columna a Savalls y comparsa.
Sabedor el brigadier Martínez de los Campos que las facciones de esta provincia, reunidas a mando de los cabecillas Savalls, Barrancot, Torres y otros, se hallaban en esta desde las dos de la tarde del día 22 atacando a la escasa fuerza que en ella había y que al cabo hubo que rendirse por la escasez de municiones y el humo del petroleo empleado para incendiar la iglesia de San Eudaldo en donde se defendieron heroicamente los carabineros que la componían, se dirigió a dicho punto, llegando al mismo a eso de las 12 de hoy la vanguardia de su valiente columna. Apenas la divisaron los habitantes de la villa, consternados por los excesos que los amantes de la religión habian cometido, volvieron en sí pidiendo a gritos el castigo de esos asesinos que fusilaron a ocho carabineros y tres soldados. Madres desgraciadas con sus hijuelos en brazos pedían venganza de los bárbaros asesinatos cometidos por esas hordas salvajes. Enterado el brigadier de lo ocurrido mandó acelerar el paso a la columna, y en ayunas y sin descanso llevaba hecha la jornada; siguió, pues, la persecución hasta el pueblo de Capdevano, donde enterados los facciosos de que la columna que les había de dar su merecido castigo se acercaba, internaron en el monte los prisioneros, no sin antes fusilar a 6 carabineros, un cabo y dos soldados de Tarifa.
Tomaron posesiones a la parte opuesta del rio, y el grueso de la facción se remontó a una ermita llamada de San Cristóbal; tan pronto se divisó la facción, rompieron el fuego las guerrillas desalojandoles de las primeras posiciones con ayuda de la artillería y la caballería. Ya en la parte más elevada del monte la facción fue perseguida, llegando la bravura de algunos hasta llegarse a las manos, como lo hizo entre otros el valiente sargento de gastadores de Cataluña. Después de cuatro horas de fuego y atendido el cansancio de la tropa, dispuso el brigadier tocar retirada y regresar a Ripoll para alojar su tropa; refugiándose la facción en Gombren, pueblo distante tres horas, después de haber sufrido la pérdida de 9 muertos y 21 heridos, contandose entre los primeros al jefe de su caballería titulado Cort y llamado Vilagelin; por nuestra parte tuvimos que lamentar la muerte de dos soldados de Cuba y siete heridos, uno de mucha gravedad, la muerte de un caballo en el momento en que el bizarro alférez de Alcántara señor Barrera les dio una carga menospreciando la lluvia de balas que antes le agujereó el pantalón. Todos los soldados y oficiales se portaron como dignos españoles, rivalizando en valor y dispuestos a perseguir a la facción hasta su exterminio.

Article de “La Independencia” 26-03-1873

També parlen del setge i caiguda de Ripoll Josep Pla i Marià Vayreda, el primer en “Un home de Barcelona” i el segon en “Records de la darrera carlinada” tots dos en complaent condescendència com qui explica una malifeta de joventut. Una espècie d’entremaliadura de canalla per provar “la xocolatera” en un to distés i rialler.