Francisco Savalls, ideario político

Razón de nuestro alzamiento.

 

La dinastía borbónica cayó porque debió caer: tenia un pecado de origen en su misma ilegitimidad, pues Isabel II subió al trono de San Fernando usurpando los derechos de Carlos V, augusto progenitor de Carlos VII, nuestro Rey y señor (q. D. g.); tenia ademas otro pecado, muchos pecados de escándalo, y por eso había escrito el dedo de Dios en su palacio el Thezel, Mane, Phares del festín de Babilonia. La justicia de Dios la derribó: no la voluntad de los hombres; los hombres de la revolución solo fueron instrumento de aquella gran justicia, pues Dios, en sus inescrutables juicios, se vale a veces de los malos para realizar sus fines siempre buenos.
Pero los hombres de Septiembre, ciegos en su soberbia, desconocieron esta verdad suprema; e inspirados siempre por su propio orgullo, se lanzaron ya sin freno en vías de perdición, atropellando la justicia, la moral, la Religión, todos los respetos divinos y humanos.
En efecto: luego que derribaron lo que existía, y crearon, si no un gobierno, una situación política, un medio en qué desarrollar las funestas teorías del llamado derecho moderno, antítesis y negación del verdadero derecho, que, siendo eterno, como su origen divino, no puede ser nuevo ni viejo; ellos, los hombres de Setiembre, renegaron de Dios y de su Iglesia, haciendo alarde de su impiedad, aun en pleno Parlamento, con escándalo de las conciencias dentro y fuera de España; relegaron a la befa de los incrédulos el culto de la Religión verdadera, y, halagando y protegiendo extraños cultos en el seno de la nación católica por excelencia, condenaron a la indigencia a los ministros del altar, que solo recibían por sueldo una indemnización de justicia, convenida en un solemne Concordato.
…..
.., hicieron una Constitución atea y hasta diabólica, pues hace de cada hombre un dios con sus derechos ilegislables, anteriores y superiores a toda autoridad. Y esa Constitución que sanciona el orgullo humano; que inspira y alienta todas las rebeliones; que en perversión lamentable y perniciosa toma el mal por bien y el bien por mal, y lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo, según la frase de la Escritura; que consagra, en una palabra, el triunfo de Satanás… esa Constitución sacrílega es, por obra y gracia de ellos, la ley fundamental del Estado.
…….
Mas no pararon aquí los hombres de Setiembre. Despues de haberse atrevido a lo sagrado, a Dios y al alma, quisieron también llevar sus ideas revolucionarias, o más bien revolvedoras y disolventes, al seno de la familia, sagrada e inviolable también, aunque en orden inferior, y las llevaron efectivamente con un desenfado no menos escandaloso y aflictivo para las conciencias. Falsearon la base de la familia estableciendo el matrimonio civil, a pesar de las enérgicas protestas de los Rdos. Obispos, ……

…de publicaciones impías unas veces, otras indecentes, siempre inmorales; reconocieron el llamado derecho de asociación, en virtud del cual pueden reunirse los libres o licenciosos ciudadanos en criminal concilio para escogitar los medios más eficaces de atacar y destruir todo lo que respeta una sociedad bien organizada.

Manifiesto guardado y digitalitzado en el British Museum

La revolución de Septiembre

Cronología gobiernos de España en el siglo XIX

Los prisioneros fusilados de la batalla de Toix II, San Juan de las Abadesas

El 17 de julio de 1874 los carlistas fusilaron 116 soldados y i oficiales de tropa en el lugar llamado actualment Los Fusilados, a poco más de un 1 km de la villa, debajo de  la carretera de Olot.

Lista de los fusilados:

Regimiento Infante de Borbón nº17 antes Cádiz

  • Comandante: D. José Muñoz Giménez
  • Capitán: D. Juan Sánchez Melgar
  • Teniente: D: Tomás Borja Gómez
  • Alférez: D. Juan Sánchez Burgueño
  • Abanderado: D. Ángel Pérez González
  • Médico 2º: D. Braulio Ruiz Giménez
  • Sargento 2º: D.José HernándezPérez
  • Sargento 2º: D. Vicente garcía Fernández
  • Soldados: Antonio Villalva Vázquez, José Alvarez Martínez, Diego Gómez Becerra, Cristobal Castro Serrano, Francisco Saavedra Almagro, Francisco Caballero Sindones, Geronimo Ario Serrano, Manuel Blanco Fernández, Manuel Vaquero, Antonio Rodríguez, José Fernández, Manuel Giménez Luque, Manuel Torres González, Manuel Romero Asensio, Antonio García Santamaria, Juan Manuel Rapela, Francisco Trujillo Aguilar, Domingo Flores Lopera, Alfonso López Gener, Rafael Díaz Gil, Antonio Marín, Vicente Cuesta.

Batallón Cazadores Arapiles nº9

  • Capitán: D.Jose Blanco Gelfú
  • Alferez: D. Ramon Alvarado
  • Sargento 2º: Hilario Gabarí Alfaro
  • Soldados: Ambrosio Ramírez Rodriguez, Bernabe Blanco Martin, Joaquin Galindo Pardo, Salvador Berbel Carrillo, Bartolome Colaro Maldonado, Jose Tardio Montano, Bruno Macias Pascual, Tomas Carmona Pérez, Eugenio Martín Cuadrado, Francisco Castaño López, Felipe Galal González, Álvaro Nieto Izquierdo, Ramon Gutierrez Carrasco, Juan Bermejo García, Juan Rodríguez Gea, Jose Lobo Díaz.

Batallón Cazadores de Barcelona nº3

  • Teniente: D. Luis Aguirre Echagüe
  • Alferez: D. Gregorio Fuentes Carbonell
  • Sargento 1º: D. Anselmo Escoin Solsona
  • Sargento 2º: D. Gabriel Morales Rrelimpio
  • Cabo 2º: D. Paulino Ceballos Ayllon
  • Corneta: Ruperto Abad Quintana
  • Soldados: Brigido Pacheco Figueras, Emilio Fernández Fernández, Emilio Carean Pérez, Lucas Martin Gimenez, Claudio Martin Barroso, Geronimo Machado Alvarez, Mariano Vallarino Cascau, Jose Fandellos, Severino Díaz, Vicente Rojo Vicente, Isidro Lopez Diaz, Manuel Sanz Pascual, Antonio García Eguiluz, Meliton Diaz Alonso, Evaristo Santa Maria, Jose Martínez Ros, Tomas Tisell Nolla, Juan Pandete Díaz.

Regimiento de infanteria de Navarra nº25

  • Teniente: D. Manuel Alvarez Rodriguez
  • Abanderado: D. Domingo Caballero Soto
  • Soldados: Mariano Gómez Conesa, Antonio Santa Maria, Francisco Ortiz Garcia, Francisco Vázquez Ortiz, José Gimenez Gonzalez, Juan Romeu Torres, José Núñez Núñez, Pio Casimiro González, Manuel Ledesma Contreras, Melchor San Martín, Rafael Moreno Sanchez, Zoilo Avilés Garcia, Salvador Calvente Tirador, Lorenzo Vega Candorelles.

Regimiento infanteria de Extremadura nº15

  • Cabo 1º: Crispin Ochoa

  • Soldados: Manuel Tortanete, Marcos Martínez

Regimiento de caballeria de Almansa nº13

  • Teniente: D.José Pastrana
  • Sargento 2º: Idelfonso Sedano
  • Cabo 2º: Mariano Ortega
  • Soldados: Loreto Lucas , Basilio Álvarez

Regimiento de caballeria de Alcántara nº 14

  • Sargento 1º: Víctor Aparicio Martínez
  • Sargento 2º: Tomás Pérez Sánchez
  • Soldados: Francisco Sánchez Sánchez, Antonio Sáez Marín, Julián Martínez Martín, Salvador Salvador Andrés, Telésforo Zamora Martín, Vicente Parejo García, Sebastán Tous, José Rubiales Villanueva.

1er Regimiento de Artilleria de Montaña

  • Artilleros: Buenaventura Carrató Sebastiá, José Bermejo Molinas, Miguel Flotach Minores, Andrés Barrio Carales.

De ignorada procedencia:

  • Soldados: José Pacheco, Ramón Gutierrez, Vicente Valls, Torcuato Tresent, Miguel Yutrense, Antonio Malleu.

    Lista extraida de  de : “El drama de S. Juan de las Abadesas (fusilamiento de los prisioneros de Olot, Tomo II) de Juan Botella Carbonell i contrastada con las lápidas del monolito de San Juan de las Abadesas.

     

     

Orígens i desenvolupament del dret internacional humanitari.

La Paz de Westfalia de 1648, que puso fin a la guerra de los treinta años, estableció la regla de que los prisioneros de guerra debían ser liberados sin rescate al final de las hostilidades y que debían permitirle retornar a sus hogares.

Es en la segunda mitad del siglo XIX cuando comienza la codificación internacional de las normas de la guerra que, como se ha dicho anteriormente, hasta ese momento eran normas internas o consuetudinarias. Suele considerarse en 1864 como la fecha de nacimiento del DIH porque es el año en que se celebra una Conferencia Diplomática en Suiza que concluye con la firma del Convenio de Ginebra de 22 de agosto de 1864, para el mejoramiento de la suerte los militares heridos de los ejércitos en campaña. Se trata del primer instrumento multilateral de Derecho Internacional Humanitario que nace como consecuencia de la acción del Comité de los Cinco (que da origen al Comité Internacional de Cruz Roja) que se constituyó a raíz de la publicación, en 1862, del libro “Recuerdo de Solferino” de Henry Dunant, verdadero precursor del Movimiento Internacional de la Cruz Roja, en la que relata una de las batallas más cruentas de la época donde los soldados heridos estaban condenados a morir porque los ejércitos no tenían servicios sanitarios o estos eran muy deficientes.

La batalla de Toix en la prensa de la época

La Época. 18/08/1874 nº7976:

LA CORRESPONDENCIA de anoche publicó la siguiente relación hecha con fidedignos informes, de los espantosos fusilamientos de Olot. Aunque la repetición de actos horribles, perpetrados por los carlistas, nos quita ya hasta el triste derecho de asombrarnos de la manera feroz con que hacen la guerra, no podemos trascribir sin un estremecimiento de horror el relato de nuestro colega, que dice así:

“Encontrabanse los prisioneros de la columna Nouvilas en Olot, cuando se intentó el ataque de Puigcerdà. Para ir en socorro de aquella villa las tropas, y especialmente las de la provincia, tenían que emprender la marcha en dirección a Olot. Así presumiéndolo los carlistas, ordenaron la salida de los prisioneros para Vallfogona. Una vez en este punto, dispuso Saballs que fueran todos fusilados, y sea que se le hicieran reflexiones o por otra causa, modificó esta orden, disponiendo que fueran fusilados los carabineros sin excepción, y que los jefes, oficiales y soldados del ejército fueran quintados por el orden que constaban en la lista o relación nominal de los mismos. Así se verificó, haciendo una cruz al margen del infeliz que hacia el núm. 5.

Terminada esta operación que dio por resultado 111 (prueba evidente de que eran 570 los prisioneros de fuerzas del ejército), emprendieron la marcha los referidos 114 hombres con 75 carabineros, en dirección a Ripoll. A la media hora hicieron alto, marchándose una escolta con los carabineros por la izquierda, y otra con los soldados por la derecha.

Llegados los primeros a las inmediaciones del cementerio de Llayés, parroquia correspondiente al distrito municipal de Parroquia de Ripoll, se les intimó que iban a morir. Se les ató dos a dos, y como los verdugos eran en menor número que las víctimas, los hacían entrar en dicho cementerio por pelotones de 8, 10 y 12 y se les fusilaba. Setenta y cinco prisioneros, entre ellos un oficial del mismo cuerpo, casados y con hijos la mayor parte, fueron los muertos y enterrados en el cementerio de Llayés.

Ínterin esta matanza tenía lugar, marcharon los 114 hombres quintados del ejército en dirección a la villa de San Juan de las Abadesas y una media hora antes de llegar a ella se les comunicó la fatal orden previniéndoles que se quitaran los capotes, los que arrojaron sobre un montón de maderas que allí había, y a lo que se debió quedaran ocultos y cubiertos cuatro de los 114, que se salvaron. Atados de dos en dos, y también por etapas, fueron fusilados y mandados luego recoger como carga concejil al vecindario de San Juan para darles sepultura. En una inmensa fosa, abierta al efecto en el cementerio de San Juan de las Abadesas, yacen enterradas estas 110 víctimas, entre las que había un jefe, 12 oficiales y un médico. Cuando se quieran los óbitos o una certificación, se pedirá y obtendrá a pesar de ser algo difícil. Sin embargo, la mayor parte de las esposas e hijos de los carabineros obtuvieron certificado del óbito de sus deudos.»

El ejemplar de La Época en la BNE

Ilustraciones de “La Ilustración Española y Americana” del 30/08/1874

Ejemplar  a la BNE

La batalla de Toix

Al iniciarse el año 1874, las tropas carlistas dirigidas por Rafael Tristany iniciaron una ofensiva en la Cataluña interior y conquistaron sucesivamente Vic y Manresa. Esto supuso controlar una extensa y rica zona del interior del país que permitía el mantenimiento de la tropa. Tras la caída de estas ciudades, los carlistas fijaron como objetivo la conquista de Olot. Los carlistas, bajo el mando de Francisco Savalls, acosaban Olot desde el mes de diciembre de 1873 y al ser una ciudad bastante importante y cerca de la frontera, las tropas gubernamentales intentaron realizar algún movimiento para mantenerla. Por esta razón, el general Nouvilas forma una columna para auxiliar la ciudad y salvarla del asedio. La columna que salió de Girona por el puente del Onyar estaba formada por 2500 hombres; repartidos en dos batallones de cazadores Arapiles y Barcelona; dos batallones del Regimiento de Cádiz y de Navarra, un escuadrón de caballería de Alcantara y tres compañías de carabineros. La columna hizo noche en la población de Argelaguer el día 13 de marzo. Aquella noche, el general Nouvilas supo que los carlistas habían fortificado el paso de Castellfollit de la Roca y con el fin de evitar la colisión decidió dar un rodeo por Tortellà para ir a continuación hacia el puente del Llierca, la montaña de Santa Bárbara y la sierra del Toix y llegar a Olot por Sant Joan les Fonts. Cuando la columna pasó por Tortellà se le añadieron 120 voluntarios de la Libertad de esta ciudad, ya que tenían cuentas pendientes con Savalls que, un año antes, había atacado el pueblo y intentado incendiarlo.

Los carlistas supieron de la llegada de la columna y su ruta y prepararon una emboscada cogiendo posiciones en la sierra del Toix, Montpetit, Montmajor, las sierras de la Cruz, Puig de Viveros, Canadell y las alturas del Cos. Savalls envió a Galceran de Sadernes recoger todas sus fuerzas de la zona de Castellfollit con algunos refuerzos de partidas de Mieres y de Santa Pau. También recorrieron las casas rurales de la zona para avisarles de que encerraran el ganado y se estuvieran dentro de las casas. Cuando a media tarde la columna liberal, cansada del camino llegó al Toix y comenzó a bajar por la falda de la montaña, los carlistas que los rodeaban empezaron a disparar. Se vieron sorprendidos por un fuego enemigo muy intenso en una zona que entonces estaba sin la protección del bosque. Algunas fuerzas gubernamentales lograron llegar de nuevo a la cima del Toix y cargar los cuatro modernos cañones Krupp que llevaban pero fueron reducidos tras una carga a bayoneta. Cuando supo del combate, el alcalde de Olot salió de la ciudad con doscientos voluntarios para sumarse a la lucha, pero en la sierra de Viveros encontrose con una gran cantidad de carlistas y tuvo que volver a la ciudad. Cerca de allí, desde la torre de Canadell el general Savalls aseguró que esa noche cenaría con el general Nouvilas. La lucha fue encarnizada y duró hasta la noche, momento en que el grueso de las tropas, unos 1000 soldados, junto con su general y su hijo se rindieron. Algunos soldados pudieron huir camino de Francia o pudieron llegar a Olot. Murieron allí 200 soldados y los carlistas consiguieron un botín de 4 cañones, 150 caballos, 2000 fusiles, munición y una caja de 70.000 duros. Terminaron haciendo 1,800 prisioneros. Los 33 voluntarios de la Libertad de Tortellà capturados fueron fusilados en el campo del Candell, cerca de Besalú. Los soldados muertos y desnudos fueron cargados con carretas y trasladados al cementerio de Montagut, donde fueron sepultarlos en una fosa común.

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