Guerra hispano-estadounidense. Batalla de Guantánamo III

Lo de Guantánamo (De Nuestros Corresponsales Particulares)

Londres 14, 9’10 n..

El Daily Chronicle publica un cablegrama de Washington, en el que dice que los tenientes norteamericanos Nashville y Shaw y siete hombres de las fuerzas que desembarcaron en Guantánamo, han desaparecido, sin que se hayan vuelto á encontrar huellas de los mismos, después del último combate de Guantánamo, suponiéndose que deben ser prisioneros de los españoles.

Reyer.

Nueva York 14,8 m.

Noticias llegadas esta noche pasada dan cuenta de que el domingo volvieron los españoles á atacar á los marinos yankees desembarcados en la bahía de la Caimanera de Guantánamo.

Los telegramas á que me refiero dicen que el combate fué serio y encarnizado, pero guardan silencio sobre los demás detalles y no dicen por quién quedó en definitiva la victoria.

Azor.

Londres 14,12’35t.

Un cablegrama de Nueva York anuncia que el coronel Huntington abandonó el domingo la posición avanzada que con los marinos yankees desembarcados ocupaba en Guantánamo, después de haberse sostenido allí cuanto pudo y haber esperado en vano los refuerzos quo había pedido, y que no llegaron.

Los términos en que está redactado este cablegrama, y que estarán seguramente encerrados en los límites que le habrá marcado la censura, son—y así se piensa aquí por los que conocemos dicho texto—prueba de que los yankees abandonaron en realidad el campo, cediendo al empuje de este nuevo ataque de los españoles, y se batieron en retirada, buscando refugio á bordo de los buques de la escuadra norteamericana.

Reyer.

Como se ve, las noticias que se completan en los dos despachos anteriores confirman las anteriores qué nuestros mismos corresponsales nos han comunicado estos últimos días y la noche pasada sobre el desembarco de Guantánamo.

Hoy vemos que la bravura de nuestros soldados ha obligado á huir á los yankees del pedazo de tierra en que habían puesto el pie.

En otro lugar de este número nos hacemos eco de los rumores que han corrido esta tarde sobre noticias oficiales satisfactorias recibidas de Santiago, y que probablemente se referirán al ataque de nuestros soldados á los yankees en Guantánamo que nuestros corresponsales nos han adelantado. Por su parte la Agencia Fabra nos comunica el siguiente despacho:

Nueva York 14,

Un despacho de la Prensa Asociada, fechado á bordo de un barco yankee, á la altura de Guantánamo, afirma que el crucero americano Marblehead desembarcó ayer en la expresada bahía 60 hombres y dos ametralladoras. Añade que los americanos que habían desembarcado anteriormento (el sábado) se hallaban en situación precaria por efecto del calor, la falta de agua, las enfermedades del país y los ataques incesantes de que eran objeto por parte de los españoles.

A causa de esto, y no llegando los refuerzos que esperaban, se vieron obligados á abandonar las posiciones que hablan ocupado, después de sostener un vivísimo fuego con las baterías españolas.

La correspondencia de España 15/06/1898

Guerra hispano-estadounidense. Batalla de Guantánamo II

Nueva York 13, 8’35 n.

Un despacho expedido á bordo del Dauntless, aviso fletado por la prensa asociada de Nueva York cerca de la escuadra de Sampson, da más detalles sobre el combate entre españoles y yankees que siguió al desembarco de Guantánamo.

Según dicho despacho, los americanos desembarcados formaron tres lados de un cuadro, protegidos por los cañones de los buques.

Los yankees tomaron posición en dicha forma en un profundo barranco dominado por espesos matorrales, en los cuales se habían emboscado los españoles.

Estos conservaron sus posiciones hasta media noche.

Solamente por el resplandor de sus descargas podían guiarse los norteamericanos para atacarles. Cuando cerró la noche los buques enemigos, por medio do sus proyectores eléctricos iluminaron la orilla, descubriendo asi varios grupos de españoles, que á favor de las sombras avanzaban sobre los yankees.

El ataque más formidable se produjo poco después de media noche.

Las fuerzas de los españoles, colocadas en la pendiente Sudoeste del barranco, dio una carga á los enemigos.

Estos, conservando la posición del cuadro, solamenta abierto por la parte del mar, contestaron á la carga con un fuego nutridísimo, de tal modo, que aún no habían llegado los españoles á los dos tercios de la pendiente, cuando las balas enemigas lo habían diezmado.

Sin embargo, los que no habían caído siguieron bravamente el movimiento, llegando tan cerca y mezclándose casi con las fuerzas enemigas da tal modo, que los oficiales americanos se vieron obligados á hacer uso de sus revólvers.

El choque fué encarnizado y sangriento.

El combate se prolongó todo el resto de la noche en encuentros parciales; pero al amanecer, los yankees, con tres piezas de montaña que habían desembarcado y que hasta entonces no habían puesto en batería por impedírselo la oscuridad de la noche, ametrallaron á los españoles que volvían á la carga á la bayoneta, consiguiendo solamenta rechazarlos así con el fuego de cañon de esta batería de montaña y del que volvieron á hacerles los barcos que apoyaban el desembarco.

El despacho consigna que principalmente dos soldados españoles se batieron con tal heroísmo y cargaron con tal furia, que causaron la admiración de las tropas americanas.

Este nuevo despacho, expedido del teatro de la guerra, consigna, como el que anteriormente ha trasmitido, los elogios unánimes que hace el enemigo de la bravura y audacia de los españoles.

Azor.

La correspondencia de España 14/06/1898

Guerra hispano-estadounidense. Batalla de Guantánamo I

Noticias yankees sobre lo de Guantánamo.

Nueva York 12,12 n.

Noticias recibidas de los corresponsales norteamericanos que están á bordo del aviso fletado por la prensa cerca de la escuadra de Sampson, dan los siguientes detalles sobre el desembarco que se insiste en afirmar verificado por los yankees en la bahía de Guantánamo.

Según ese despacho, desembarcaron primeramente cuarenta hombres de la tripulación del acorazado Oregon.

Verificado este primer desembarco, protegido por el fuego de los buques de guerra se adelantó el transporte Ponther, del cual desembarcaron seiscientos soldados de infantería de marina.

Estos quemaron las construcciones españolas y el pueblecillo situado cerca de la costa.

Según las noticias del despacho á que me refiero, el objeto de esta operación es reducir al silencio los cañones españoles que pudieran impedir el desembarco del grueso de las tropas americanas y apoderarse de los principales fuertes de la costa.

El Oregon volvió á hacer rumbo á Santiago.

La infantería de marina desembarcada quedará en Guantánamo, protegida por el Marblehead, el Vixen y el Dolphin, hasta que lleguen las tropas anunciadas de Tampa.

Azer.

La correspondencia de España 13/06/1898