Prisioneros carlistas o no

Boletin Oficial de la Provincia de Gerona

Jueves  10 de octubre de 1839

N.° 537.

El Excmo. Sr. General encargado del despacho de la Capitanía general de Cataluña con fecha 30 del próximo pasado me dice lo que copio:

« El Sr. Secretario de Estado y del Despacho de la Guerra en 18 del actual me dice lo que sigue.— Excmo. Sr. — Habiéndose manifestado por el Ministerio de Estado al de mi cargo que el Cónsul de S. M. en el Havre habia socorrido con 40 francos á D. Juan Bautista de Aguilar y Cordova , Teniente del 2.° batallón franco de Castilla la Nueva que decia haber naufragado en la costa de la Florida al regresar á España después de haber conducido á la Isla de Cuba unos prisioneros carlistas , tuvo á bien S. M. mandar que el Capitán general de esta provincia informe sobre la identidad de Aguilar así como acerca de su empleo y certeza de la comision que llevó á la Habana, y habiéndolo verificado y resultado ser falso no solamente lo dicho por Aguilar acerca de su comisión, sino hasta que existiese oficial alguno de este nombre en los batallones francos de la provincia de su mando, lo que vino á confirmar una manifestación del Capitán general de la Isla de Cuba comunicada por el Ministro plenipotenciario de S. M. en Filadèlfia, se ha servido resolver que disponga V. E. lo conveniente para que si el individuo de que se trata se presentase en algun punto del distrito de su mando se proceda á su prisión dando cuenta á este Ministerio en el caso de que llegue á verificarse, y de Real orden lo digo á V. E. para su inteligencia y con el indicado objeto. — Lo que traslado á V. S. á fin de que se sirva disponer que en el caso de presentarse el Teniente de que se trata en la provincia de su cargo , sea capturado y remitido á mi disposición.»

Lo que traslado á los Alcaldes constilucionales de los pueblos de esta provincia á fin de que si se presenta el citado Aguilar, en el término de su jurisdicción, procedan inmediatamente á su captura, dándome en seguida parte.

Gerona 9 de Octubre de 1839.—Dionisio Valdés.

  • El hecho de que el relato del pretendido oficial D. Juan Bautista de Aguilar y Cordova se aceptase como cierto, hasta que una posterior comprovacion lo demostrase falso, nos hace pensar que el hecho de trasladar prisioneros carlistas a Cuba no era ni raro ni infrecuente.

Los zuavos pontificios

Se ha hablado ampliamente de la pertenencia de Savalls a los zuavos pontificios junto al hermano del pretendiente, como lugarteniente o ayudante, pero en las memorias de Alfonso Carlos sobre su pertenencia al cuerpo de zuavos y la defensa de Roma no se le menciona ningún vez.
Aún así encontramos su nombre en la lista de los enrolados, Savalls Francesco residente en Vicolo della Campanella nº 6 en Roma.

Imagen de Zuavo pontificio, 1865. Wikipedia

 

La batalla de Toix en la prensa de la época

La Época. 18/08/1874 nº7976:

LA CORRESPONDENCIA de anoche publicó la siguiente relación hecha con fidedignos informes, de los espantosos fusilamientos de Olot. Aunque la repetición de actos horribles, perpetrados por los carlistas, nos quita ya hasta el triste derecho de asombrarnos de la manera feroz con que hacen la guerra, no podemos trascribir sin un estremecimiento de horror el relato de nuestro colega, que dice así:

“Encontrabanse los prisioneros de la columna Nouvilas en Olot, cuando se intentó el ataque de Puigcerdà. Para ir en socorro de aquella villa las tropas, y especialmente las de la provincia, tenían que emprender la marcha en dirección a Olot. Así presumiéndolo los carlistas, ordenaron la salida de los prisioneros para Vallfogona. Una vez en este punto, dispuso Saballs que fueran todos fusilados, y sea que se le hicieran reflexiones o por otra causa, modificó esta orden, disponiendo que fueran fusilados los carabineros sin excepción, y que los jefes, oficiales y soldados del ejército fueran quintados por el orden que constaban en la lista o relación nominal de los mismos. Así se verificó, haciendo una cruz al margen del infeliz que hacia el núm. 5.

Terminada esta operación que dio por resultado 111 (prueba evidente de que eran 570 los prisioneros de fuerzas del ejército), emprendieron la marcha los referidos 114 hombres con 75 carabineros, en dirección a Ripoll. A la media hora hicieron alto, marchándose una escolta con los carabineros por la izquierda, y otra con los soldados por la derecha.

Llegados los primeros a las inmediaciones del cementerio de Llayés, parroquia correspondiente al distrito municipal de Parroquia de Ripoll, se les intimó que iban a morir. Se les ató dos a dos, y como los verdugos eran en menor número que las víctimas, los hacían entrar en dicho cementerio por pelotones de 8, 10 y 12 y se les fusilaba. Setenta y cinco prisioneros, entre ellos un oficial del mismo cuerpo, casados y con hijos la mayor parte, fueron los muertos y enterrados en el cementerio de Llayés.

Ínterin esta matanza tenía lugar, marcharon los 114 hombres quintados del ejército en dirección a la villa de San Juan de las Abadesas y una media hora antes de llegar a ella se les comunicó la fatal orden previniéndoles que se quitaran los capotes, los que arrojaron sobre un montón de maderas que allí había, y a lo que se debió quedaran ocultos y cubiertos cuatro de los 114, que se salvaron. Atados de dos en dos, y también por etapas, fueron fusilados y mandados luego recoger como carga concejil al vecindario de San Juan para darles sepultura. En una inmensa fosa, abierta al efecto en el cementerio de San Juan de las Abadesas, yacen enterradas estas 110 víctimas, entre las que había un jefe, 12 oficiales y un médico. Cuando se quieran los óbitos o una certificación, se pedirá y obtendrá a pesar de ser algo difícil. Sin embargo, la mayor parte de las esposas e hijos de los carabineros obtuvieron certificado del óbito de sus deudos.»

El ejemplar de La Época en la BNE

Ilustraciones de “La Ilustración Española y Americana” del 30/08/1874

Ejemplar  a la BNE

La batalla de Toix

Al iniciarse el año 1874, las tropas carlistas dirigidas por Rafael Tristany iniciaron una ofensiva en la Cataluña interior y conquistaron sucesivamente Vic y Manresa. Esto supuso controlar una extensa y rica zona del interior del país que permitía el mantenimiento de la tropa. Tras la caída de estas ciudades, los carlistas fijaron como objetivo la conquista de Olot. Los carlistas, bajo el mando de Francisco Savalls, acosaban Olot desde el mes de diciembre de 1873 y al ser una ciudad bastante importante y cerca de la frontera, las tropas gubernamentales intentaron realizar algún movimiento para mantenerla. Por esta razón, el general Nouvilas forma una columna para auxiliar la ciudad y salvarla del asedio. La columna que salió de Girona por el puente del Onyar estaba formada por 2500 hombres; repartidos en dos batallones de cazadores Arapiles y Barcelona; dos batallones del Regimiento de Cádiz y de Navarra, un escuadrón de caballería de Alcantara y tres compañías de carabineros. La columna hizo noche en la población de Argelaguer el día 13 de marzo. Aquella noche, el general Nouvilas supo que los carlistas habían fortificado el paso de Castellfollit de la Roca y con el fin de evitar la colisión decidió dar un rodeo por Tortellà para ir a continuación hacia el puente del Llierca, la montaña de Santa Bárbara y la sierra del Toix y llegar a Olot por Sant Joan les Fonts. Cuando la columna pasó por Tortellà se le añadieron 120 voluntarios de la Libertad de esta ciudad, ya que tenían cuentas pendientes con Savalls que, un año antes, había atacado el pueblo y intentado incendiarlo.

Los carlistas supieron de la llegada de la columna y su ruta y prepararon una emboscada cogiendo posiciones en la sierra del Toix, Montpetit, Montmajor, las sierras de la Cruz, Puig de Viveros, Canadell y las alturas del Cos. Savalls envió a Galceran de Sadernes recoger todas sus fuerzas de la zona de Castellfollit con algunos refuerzos de partidas de Mieres y de Santa Pau. También recorrieron las casas rurales de la zona para avisarles de que encerraran el ganado y se estuvieran dentro de las casas. Cuando a media tarde la columna liberal, cansada del camino llegó al Toix y comenzó a bajar por la falda de la montaña, los carlistas que los rodeaban empezaron a disparar. Se vieron sorprendidos por un fuego enemigo muy intenso en una zona que entonces estaba sin la protección del bosque. Algunas fuerzas gubernamentales lograron llegar de nuevo a la cima del Toix y cargar los cuatro modernos cañones Krupp que llevaban pero fueron reducidos tras una carga a bayoneta. Cuando supo del combate, el alcalde de Olot salió de la ciudad con doscientos voluntarios para sumarse a la lucha, pero en la sierra de Viveros encontrose con una gran cantidad de carlistas y tuvo que volver a la ciudad. Cerca de allí, desde la torre de Canadell el general Savalls aseguró que esa noche cenaría con el general Nouvilas. La lucha fue encarnizada y duró hasta la noche, momento en que el grueso de las tropas, unos 1000 soldados, junto con su general y su hijo se rindieron. Algunos soldados pudieron huir camino de Francia o pudieron llegar a Olot. Murieron allí 200 soldados y los carlistas consiguieron un botín de 4 cañones, 150 caballos, 2000 fusiles, munición y una caja de 70.000 duros. Terminaron haciendo 1,800 prisioneros. Los 33 voluntarios de la Libertad de Tortellà capturados fueron fusilados en el campo del Candell, cerca de Besalú. Los soldados muertos y desnudos fueron cargados con carretas y trasladados al cementerio de Montagut, donde fueron sepultarlos en una fosa común.

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