Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra XVI

Prisioneros españoles

De la isla de Cuba hace tiempo que no se reciben notícias interesantes; intervenido por los yankis el cable que comunica con la península y prohibida la circulación de los despachos cifrados, no es de extrañar esta carencia de noticias de verdadera importancia, pues las que hubiera de remitir el general Blanco es natural que sólo podrían ser transmitidas en cifra…

Nos referimos, al expresarnos así, únicamente á los combates, pues en otro orden de cosas no deja de ser importante lo que se relaciona con el estado sanitario del ejército de Shafter: es tal el número de enfermos que en él existen y tanto el miedo de que las fiebres palúdicas y el vómito acaben con todas las tropas que ocupan Santiago y sus alrededores, que por disposición de Mac Kinley ha comenzado sin perdida de tiempo la repatriación de aquellas fuerzas.

No es más satisfactorio, por desgracia, el estado de nuestros soldados que se encuentran prisioneros de los yankis: su prolongada permanencia en un reducido campamento sin tiendas de campaña, el cambio de alimentación y la fatal coincidencia de ser este el período de las lluvias han determinado un augmento tal de enfermedades que inspira vivísimas inquietudes. Afortunadamente el embarque de los referidos prisioneros para la península ha comenzado ya, y es de esperar que puestos los enfermos en mejores condiciones no tardarán en reponerse. El problema de su desembarco en España ofrece, sin embargo, grandes dificultades, desde el momento en que el estado de los que regresan exigirá tomar grandes precauciones para que no se propaguen los gérmenes morbosos de las enfermedades en aquellas regiones reinantes; pero el gobierno ha adoptado prudentes medidas que seguramente evitarán se desate esta nueva calamidad sobre nuestra desgraciada patria.

Otra noticia que, de ser cierta, podría revestir verdadero interés es la que supone que Calixto García, que manda 1.200 insurrectos, se ha negado á aceptar víveres de los norteamericanos y se ha marchado furioso á reunirse con Máximo Gómez, quien le ha propuesto la continuación de la guerra de guerrillas. Mas como hasta ahora no se han confirmado nunca las noticias de supuestas desavenencias y rompimientos entre los insurrectos cubanos y sus aliados, hay que acoger este nuevo rumor á beneficio de inventario.

La Ilustración artística, Barcelona 15 de agosto de 1898

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