Guerra hispano-estadounidense. Recortes de prensa II

El hijo de Cervera

Por la Coruña han pasado varios guardias marinas para incorporarse á la escuadra de reserva y algunos aspirantes que se dirigen con licencia á sus casas.

Entre estos últimos figura el joven don Pascual Cervera, hijo del jefe de la escuadra del Atlántico, el cual ha dicho á un redactor del periódico La Mañana:

«No porque sea mi padre, pero si por los propósitos que le animaban antes de estallar la guerra con los Estados Unidos, puedo asegurarle que con los pocos barcos que manda dará un buen disgusto á nuestros enemigos.

Va dispuesto á todo. La superioridad del enemigo es innegable, pero así y todo, creo fundadamente que aún en el desgraciado caso de una derrota, el escarmiento que los yankees sufran ha de ser durísimo.

Los barcos que manda mi padre son muy distintos á los que de un modo glorioso sa han hundido en Cavite.

Estos eran de madera casi en su totalidad, y montaban escasa y mala artillería; la escuadra «fantasma», como la llama el enemigo, ya es cosa distinta y difícil de exterminar con tanta facilidad.

Me voy á Puerto Real á reunirme con la familia, y allí abrigo la esperanza de recibir noticias que serán demostración palpable de que todavía no se han enmohecido los laureles y las inmarcesibles victorias alcanzadas por nuestra marina de guerra.»

La correspondencia de España. Madrid, 10 de junio de 1898.

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Guerra hispano-estadounidense. Recortes de prensa I

Palomas viajeras.— Los yankees pierden ripio.

París 7, 8’15 n.

El jueves se lanzará gran número de palomas mensajeras desde un globo cautivo elevado á 500 metros.

Se harán experiencias de conducción de despachos por las palomas á distancias superiores á 200 metros.

Muchos norteamericanos residentes aquí se proponen estudiar esta experiencia para ver si es aplicable á la guerra actual.

Huertas.

La correspondencia de España. Madrid, 8 de junio de 1898.

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Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra VI

Batalla naval de Santiago

El acontecimienlo más culminante ha sido el combate librado en aguas de Santiago de Cuba el día 31 de mayo próximo pasado. Antes de la una de la tarde situáronse frente á la bahía los buques yankis Iowa, Massachussets, Brooklyn, Texas, Orleans, Marblehead, Mineapolis, otro crucero y seis vapores convertidos en cruceros auxiliares al mando del comodoro Schley, rompiendo el fuego los cinco primeros. A las cuatro, nuestro crucero Cristobal Colón, que manda el Sr. Díaz Moren, salió del puerto, y colocándose en medio de la embocadura, comenzó á disparar, ayudado por los fuertes del Morro y Punta Gorda. En vista de esto, la escuadra enemiga, haciendo una evolución, pretendió enfilar la entrada de la bahía, pero recibida con nutrido fuego por el crucero, las fortalezas españolas y los cañones desembarcados del Maria Teresa, que disparaba en combinación con el Colón, hubo de emprender la huida, después de haber lanzado unos 70 proyectiles que no causaron el menor daño. En cambio, un proyectil nuestro cayó en la cubierta de un buque yanki causando muchos destrozos, dos granadas hicieron explosión en la popa del Iowa y se declaró fuego á bordo de otro crucero: en resumen, que catorce barcos norteamericanos hubieron de retirarse, muchos de ellos con averías, habiendo sido rechazados por un solo buque nuestro y por los fuertes de Santiago. Más vergonzosa derrota no puede darse, y bien se comprende que al tenerse noticias de ella en los Estados Unidos la opinión pública haya arreciado su campaña contra Schley, á quien califican de inepto los que más benévolamente le tratan.

La Ilustración artística, Barcelona 6 de junio de 1898

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Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra V

“Santiago de Cuba, 19. Almirante de la escuadra al ministro de Marina. – Esta mañana he entrado sin novedad con la escuadra en este puerto. Cervera.”

La llegada de nuestra escuadra á Santiago de Cuba ha venido á demostrar: primero, lo muchísimo que valen los jefes, oficiales y tripulaciones de nuestra armada; segundo, que el bloqueo de Cuba no pasa de ser un deseo más ó menos platónico de los yankis; tercero, que Sampson y Schley con todos sus treinta poderosos buques han sido morabnenle vencidos por siete barcos españoles; y cuarto, que para luchar con pueblos que, aun débiles y moribundos, según la frase de lord Salisbury, tienen conciencia de su honor y quieren defenderse como su gloriosa historia les enseña que se han defendido siempre, se necesita algo más que baladronadas á nada conducentes, si no es al desprestigio de quíenes las han fomentado.

La Ilustración artística, Barcelona 30 de mayo de 1898

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Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra IV

A propósito del bomdardeo de Puerto Rico, Cárdenas y Cienfuegos, parece que nuestro ministerio de Estado llamará la atención de las potencias sobre la violación de derecho que significa el hecho de bombardear las ciudades sin avisar con las veinticuatro horas de anticipación que la ley internacional exige. Porque eso si, los yankis podrán ser todo lo que se quiera, humanitarios (?) inclusive; pero lo que es cumplidores escrupulosos, ni siquiera cumplidores á secas, de las leyes y prácticas para la guerra establecidas por las naciones civilizadas, la verdad es que no lo son, y que en materia de cables, apresamientos de buques, bombardeos y otras pequeñecess hacen mangas y capirotes de lo consignado en códigos y tratados, y no reconocen más ley que su voluntad y unos instintos propios á lo sumo del hombre de las primitivas edades. Ya se ve; para ellos han de ser cosas corrientes ciertos actos que nunca nos atreveríamos á cometer los pueblos que tenemos una honra nacional que defender y una historia gloriosa que continuar.

El dia 13, los cruceros Conde de Venadito y Nueva España recibieron orden del jefe del Apostadero de la Habana de salir del puerto y ponerse á tiro de los barcos yankis que continúan bloqueando (?) aquellas aguas, entablando combate con ellos. Los dos buques españoles salieron con rumbo hacia el sitio donde estaba el enemigo, mientras la muchedumbre inmensa que llenaba el litoral despedía á las tripulaciones con aclamaciones entusiastas y delirantes vítores. Aquellos barcos de pequeñas dimensiones y escasa potencia internáronse en el mar hasta perderse de vista. Durante media hora, los miles de personas que desde las azoteas y los muelles de la capital fijaban con ansiedad los ojos en la línea del horizonte, nada distinguieron: pero transcurrido aquel tíempo se vió que nuestros dos cruceros se dirigían sobre tres buques norteamericanos haciendo nutridísimo fuego y con marcha rápida. El enemigo practicó varias maniobras para evitar el combate, viendo lo cual el Conde de Venadito y el Nueva España se colocaron en línea y obligaron con sus disparos certeros á los barcos yankis á emprender la retirada á toda velocidas hasta perderse de vista, y uno de ellos con graves averías á juzgar por las dificultades con que maniobraba; por cierto que los demás huyeron como alma que lleva el diablo sin cuidarse de su compañero. La flota enemiga se componía de cinco buques mercantes armados y dos cruceros de tipo medio. Muestros buques no experimentaron la menor baja y regresaron al puerto á las ocho de la noche, tributandoles el pueblo entusiasmado una ovación indescriptible. En seguimiento del Conde de Venadito y del Nueva España salieron de la Habana tres remolcadores llenos de curiosos que durante la lucha estuvieron muy cerca presenciando el combate, como si se tratara de una fiesta, y animando y saludando con vivas á nuestros valientes marines.

Y a todo esto, ¿ donde está la escuadra española que manda el almirante Cervera?

La Ilustración artística, Barcelona 23 de mayo de 1898

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Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra III

Marineros del U.S.S Brooklyn

La escuadra norteamericana del mar de lasAntillas continua su bloqueo de los principales puertos de Cuba, pero con bien poca fortuna por cierto, porque apenas pasa día sin que, algún buque logre romperlo: el mismo Montserrat, no contento con haberse refugiado en Cienfuegos ha logrado entrar en el puerto de la Habana. Como se ve, el bloqueo dista mucho de ser efectivo, según previenen las leyes internacinales. También sigue dicha escuadra cañoneando algunas plazas, pero sin resultado, porque en cuanto sus buques se colocan al alcance de nuestra artillería, nuestros cañones no tardan en obligarles á retirarse. Así sucedió en aguas de Cardenas, cuyo canal trataron de forzar un crucero y un torpedero yankees, que hubieron de retroceder con grandes averías ante la acometida de los cañoneros Ligera y Alerta.

Para completar la acción intentada por mar, proyectan los Estados Unidos varios desembarcos de tropas, que ayudadas por los insurrectos, puedan atacar por tierra las principales ciudades de Cuba: á este efecto están haciendo grandes preparativos en la Florida, en donde concentran numerosas fuerzas, pues los pequeños desembarcos intentados hasta el presente han sido otros tantos fracasos. Lo que en un principio les pareció cosa fácil, va resultándoles cada vez más difícil, á juzgar por los continuos aplazamientos y por los elementos poderosos que consideran necesarios reunir antes de acometer una empresa de la que bien pudiera ser que saliesen escarmentados. En el entretanto nuestros valientes soldados han conseguido allí una nueva é importantísima victoria sobre las fuerzas de Máximo Gómez, á las que causaron 32 muertos, entre ellos el cabecilla Nuñez.

La Ilustración artística, Barcelona 16 de m

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Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra II

U.S.S. Iowa

Los buques yankees continúan apresando algunos barcos mercantes y bloqueando varios puertos de la isla de Cuba. Tres acorazados norteamericanos bombardearon durante media hora la ciudad de Matanzas, sin causar el menor daño en ésta ni en las fortificaciones: este bombardeo, realizado sin el aviso previo que las leyes internacionales exigen, ha motivado una reclamación de los cónsules de Austria y Francia. También intentó la escuadra enemiga bombardear Cienfuegos, pero los tres buques encargados de esta misión fueron rechazados por tres cañoneros españoles que les obligaron á retirarse. La cañonera Ligera causó en aguas de Cárdenas averías graves al torpedero yankee Cushing que reconocía aquella costa. La escuadra española ha salido de Cabo Verde.

La Ilustración artística, Barcelona 9 de mayo

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Guerra hispano-estadounidense. Crónica de la guerra I

La gravedad de la situación por que España atraviesa y el interés que ofrecen las noticias que se relacionan con la actual guerra con los Estados Unidos, nos han movido á inaugurar en LA ILUSTRACIÓN ARTÍSTICA esta nueva sección, en donde iremos relatando semanalmente los principales acontecimientos de la lucha a que de un modo tan artero cuan injusto hemos sido provocados.

Apenas comenzó hace poco mas de tres años la insurrección cubana iniciada en Baire, los menos versados en asuntos internacionales hubieron de ver que los verdaderos enemigos de España no estaban en Cuba, sino en los Estados Unidos; que los Máximo Gómez, los Maceo y demás jefes insurrectos contaban para el triunfo de su causa en primero y casi en único término con el apoyo de los norteamericanos; que el alma de la rebelión no debía buscarse en el pretendido gobierno de la manigua, ni siquiera en las juntas laborantes de Cayo Hueso, Tampa, Nueva York y Wáshington, sino en Casa Blanca y en el Senado y el Congreso yankees.

De los Estados Unidos salían , á ciencia y paciencia de las autoridades, continuas expediciones con

hombres y pertrechos de guerra para los filibusteros; en el Parlamento americano se vomitaban con punible tolerancia del gobierno los más soeces insultos contra nuestros heroicos soldados, mientras se encomiaban con entusiasmo los crímenes de los insurrectos; y el ministerio de Negocios Extranjeros no cesaba de enviar á nuestro ministerio de Estado notas y reclamaciones por supuestos perjuicios que se traducían siempre en tantos ó cuantos miles ó millones de dollars.

La Ilustración artística, Barcelona 2 de m

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