Guerra hispano-estatunidenca. Crònica de la guerra VIII

Batalla de Guantanamo 10 Juny 1898

Conócese ya algunos detalles del tercer bombardeo de Santiago de Cuba: entre los heridos leves, de nuestro ejército, figura el coronel de artillería Sr. Ordóñez, inventor de los cañones de su nombre, que últimamente había sido destinado á aquella plaza para dirigir las obras de fortificación. Sobre el acorazado yanki Massachussets cayó una granada que desmontó e hizo reventar un cañón, causando numerosos muertos y heridos entre la tripulantes y considerables averías en el buque; también las tuvieron importantes los cruceros New-York y Brooklin. A pesar de esto, los corresponsales norteamericanos que van con la escuadra de Sampson telegrafiaron á sus periódicos que ésta no habia tenido bajas ni sufrido avería alguna. Según estos mismos periodistas, los barcos yankis lograron hacer enmudecer todas las baterías de la plaza, en muchos de cuyos fuertes se declararon formidables incendios, en vista de lo cual el comodoro mandó cesar el fuego de sus buques y se retiró tranquilamente. Esto último no nos lo explicamos; si nuestros enemigos redujeron á silencio todos nnuestros cañones; si los desastres por ellos causados en nuestros fuertes fueron tan grandes como suponen; si, en una palabra, lograron vencer en toda la línea, ¿ como no aprovecharon ocasión tan excelente para apoderarse de la tan codiciada plaza? Francamente, no se comprende este nuevo sistema de hacer la guerra; hemos de suponer, sin embrago, dado el adelantamiento en todos los ramos de la gran república, que su precedimiento debe ser la última palabra de la estrategia y de la táctica navales. De no ser así, habremos de creer ó que Sampson demostró una prudencia rayana en miedo, ó que el relato de aquellos corresponsales es falso; esto último nos parece lo más lógico.

No obstante estos repetidos fracasos sufridos por su escuadra en Santiago de Cuba, no abandonan los yankis la idea de apoderarse de aquella plaza, á cual efecto siempre permanecen en sus aguas gran número de buques en espera de una coyuntura propicia para llevar á cabo sus propósitos apoyados por Máximo Gómez, de quien se dice que al frente de 5.000 insurrectos se dispone á atacar por tierra la ciudad. Dícese también que los norteamericanos han logrado realizar un desembarco en Guantánamo, cosa que niega el gobierno, fundándose en informes de las autoridades de la isla: los diarios de Nueva York, que afirman el hecho, dicen que el día 10 desembarcaron en la orilla Este de la bahía de Guantánamo 850 soldados de infantería de marina, protegidos por los cañones del Oregón y del Marblehead, y que después de haber incendiado varias casas ocuparon las alturas vecinas, construyendo en ellas trincheras y lervantando allí su campamento; y añaden que, atacados por las tropas españolas, sostuvieron un combate que duró trece horas y en el cual tuvieron los desembarcados cuatro muertos y un herido.

La Ilustración artística, Barcelona 20 de junio de 1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo VIII

Lo de Guantánamo (de nuestro corresponsal particular)

Londres 19,12’30 m.

Un despacho de Kingston anuncia que los cruceros yankees Luwanic y Marhlehead han vuelto á bombardear los fuertes de Guantánamo.

Reyer.

Telegrama oficial.

Habana 17.

(Recibido el 19.)

Capitán general á ministro Guerra: Puede V. E. desmentir vergonzosa calumnia de que se mutilan cadáveres, impropio de nuestro ejército, modelo de bizarría, generoso y caritativo siempre.

Coronel Muñoz ha sostenido en el Príncipe glorioso combate, escarmentando duramente al enemigo, que dejó sobre el campo 38 muertos, llevándose muchos heridos. Por nuestra parte, 6 muertos y 44 heridos. He felicitado al bizarro coronel y su columna y recomiendo á V. E. tan brillante jefe.

Dedicándose partidas enemigas á destruir telégrafos, ha organizado movimiento columnas mando general Parrado en esta provincia y la de Pinar del Río, para batirlos, escarmentarlos y dispersarlos, evitando su reconcentración.—Blanco.

La correspondencia de España 20/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo VII

COMENTARIOS

Cuba

No nos equivocábamos hace días cuando nos resistíamos á dar por cierta la expedición de los 15.000 yankees á Guantánamo; hoy, sin embargo, ante las sospechas del general Blanco, de que la expedición se realice, la consideramos más probable, aunque no segura.

En Guantánamo se ha realizado también algo que dijimos hace días, ó sea la dificultad que habrán de experimentar nuestras fuerzas para echar al mar á los americanos si no se les sorprende en el acto mismo del desembarco. Pero en cambio seguimos creyendo, como entonces, que las aptitudes de las tropas americanas para la ofensiva, y el combate á descubierto, serán muy deficientes; y que por lo tanto, Santiago de Cuba, por tierra, tiene poco que temer. Por mar, si las municiones abundan, tienen para rato los americanos, que se han empeñado en apoderarse de la escuadra de Cérvera.

La correspondencia de España 19/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo VI

Lo de Guantánamo (de nuestro corresponsal particular)

Londres 17, 9’10 m.

The Daily Telegraph describe con gran lujo de detalles el combate del martes en Guantánamo.

Dice que los americanos se apoderaron de un fuerte, mataron á 20 españoles é hicieron 15 prisioneros.

Añade que durante el combate 50 americanos, de los 330 desembarcados, no pudieron resistir el calor y fué necesario llevárselos casi exánimes á bordo del Dolphin.

Dice también que en el ataque á la Caimanera se ha hecho la experiencia de los cañones de dinamita del monitor Vesubius.

Explica que el tiro de estos cañones no produce fogonazo, ruido ni humo, y que el efecto del proyectil es una sacudida semejante á la de un temblor de tierra, siendo grande su poder destructor. Esta descripción terrorífica de los cañones dinamiteros parece aquí bastante exagerada.

Reyer.

DE CUBA

Telegrama oficial

La situación en Guantánamo. Desembarco inminente.

Habana 16.

(Recibido el 17)

Sigue incomunicación entre Guantánamo y Cuba, acentuándose cada momento noticias próximo desembarco expedición 25.000 americanos por Caimanera.

Me inspiran gran confianza fuerzas que las guarnecen, pericias de sus jefes y condiciones personales bizarro general Pareja.

La Habana sigue en iguales condiciones.—Blanco.

La correspondencia de España 18/06/1898

 

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo V

Cuba

Sigue la incertidumbre oficial y pública sobre lo que haya podido ocurrir en la Caimanera de Guantánamo. Esta carencia de noticias procede, sobre todo, de haber sido cortado el cable de dicho punto á Santiago, probablemente las partidas de Calixto García impidieron la comunicación por tierra entre las tropas españolas de Guantánamo (cuyo número y composición ignoramos) y el general Linares.

Tampoco se sabe nada de cierto sobre la expedición de los 15.000 yankees. No cabe, por lo tanto, comentar sobre tanta incertidumbre.

1, 1, Canal de entrada la bahía.—2, 2, Punta y playa del Este ó Barlovento.—3, Ocujal.— 4, Caminos al Salado y Boquerón.— 5, Montes del Curzo.—6, Cala de la Vega.—7, Puerto Escondido.—8, Punta Candelaria,— 9, Caseríos de la Brava.—10, Río Yaleras.— 11, Lugar de Yaleras.—12, Caseríos de Boquerón.—13, Cayo Hospital.—14, Cayo del Mapío.—15, Cayo Toro.—16, Ensenada de Mapio. —17, Ensenada de Manatí ó de Yoa.—18, Punta Manatí.—19, Laguna Amarga.—20, Manatí.—21, Lugar de Arroyo Hondo.—22. Caserios le los Cayos.—23, Ensenada de Guayabo.—24, Desembarcadero de Guayabo.—25, Lugar de las Lajas.—26, Ciudad de Guantánamo. —27, Río Guaro.—28, Desembarcadero de la Caimanera.—29. Cayo Flamenco.—30, Ensenada de Caoba.—31, Ensenada de los Pájaros. —32, Punta Caracoles.—33, Montas de Conde.—34, Punta del Oeste ó Sotavento,—35, Punta de San Nicolás.—36, Puerto Manonilla.— 37, Cuevo.—38, Matabajo.—39, Rosa.—40, Confianza.—41, Belgara.—42, Mataba.—43, Camino de Guantánamo á Santiago por Ramón de Yaguas.—44, Camino á Santiago por el valle de Iguanaba-—45, Río Guantánamo.—46, Ferrocarril de Caimanera á Guantánamo.

Guantánamo

El interés que en la actualidad despierta la bahía que lleva este nombre, en la costa Sur del departamento oriental de la isla de Cubia desde que los norteamericanos parece que la han tomado por objetivo de sus operaciones después del fracaso de sus ataques directos al puerto de Santiago, nos mueve á publicar el anterior croquis de dicha bahía, acompañado de una ligera explicación del mismo, para que nuestros lectores puedan seguir la marcha de los acontecimientos de la guerra, en el caso de que se lleguen á confirmar los intentos de desembarcos en la Caimanera que anuncian los cablegramas de Nueva York.

Se explica perfectamente que nuestros enemigos intenten apoderarse de la bahía de Guantánamo para constituir su base da operaciones en el departamento oriental, porque sin disponer de un puerto de abrigo para sus buques, en una costa tan brava ó inabordable como la del canal del Viento, correrían grave riesgo en los temporales, ó se verían en la necesidad de alejarse de Santiago, haciendo nulo el bloqueo de aquel puerto, y se comprende también que esto sea su deseo, porque si aspiran á establecerse en tierra firme, una vez convencidos de la imposibilidad de verificarlo en Santiago de Cuba, nada más natural que pretendan organizar en Guantánamo su base de operaciones para el porvenir.

La bahía de Guantánamo és, efectivamente, una de las mejores bahías del mundo, por su amplitud, abrigo y limpia entrada, á la par que es también una de las que más se prestan á una buena defensa, por las condiciones de su boca.

Como observarán nuestros lectores en el croquis que acompañamos, se la puede considerar dividida en dos partes; la primera, encerrada entre el canal de acceso que forman las puntas de barlovento y sotavento y el que constituyen los cayos Toro y Flamenco, al interior; y la segunda, la más interior, que á su vez se divide en otras dos, llamadas de Manatí ó Yoa y de Guayabo.

En la primera de dichas bahías pueden fondear buques del mayor calado, contando con el seguro abrigo que les proporcionan contra toda clase de vientos las dos puntas antes citadas, y los cayos del Hospital y Mapio, sobre todo si se colocan en las ensenadas de los Pájaros y la Caoba.

En la segunda bahía, aunque se encuentran diferentes canales, no se presta por su fondo á más clase de barcos que cruceros de mediano tonelaje; pero en cambio ofrece fáciles desembarcaderos en la Caimanera y Guayabo, sin contar con las playas del fondo á uno y otro lado de la punta de Manatí. Ya tenga lugar el abordaje por la Caimanera, Guayabo ó estas playas, porque no es probable se intente por la costa oriental, por su mayor distancia, de todos modos el invasor, antes de alcanzar Guantánamo para continuar contra Santiago de Cuba, tendrá que recorrer cerca de 20 kilómetros faldeando las alturas que dividen las aguas del Guaso y el Guantánamo, donde existen magníficas posiciones para disputarle el paso; y si en lugar de ir á la población da Guantánamo para establecerse en ella antes de continuar hacia Santiago por el camino de Ramón de Yaguas pretende marchar directamente por el valle de Iguanaba, aun serán mayores los obstáculos que se le presenten.

Guantánamo está fortificado y bien defendido por las tropas y voluntarios españoles; las posiciones en que pueden apoyarse nuestras fuerzas, son excelentes; los norteamericanos tendrán que luchar allí, no solo con los valientes defensores de la patria, sino también con el clima y las fiebres, que son un temible enemigo; así que, aun en el supuesto de que logren su propósito de poner el pie en tierra, no debemos desconfiar del éxito; antes bien, casi debemos alegrarnos, en la seguridad de que serán duramente castigados.

Londres 16, 8’23 m.

La legación española en esta capital ha protestado contra las acusaciones lanzadas por Sampson y reproducidas y propaladas por esta prensa, de que los soldados españoles hayan mutilado los cadáveres americanos muertos en Guantánamo.

Nuevo bombardeo.

El Daily Telegraph publica un cablegrama que dice ha recibido de Guantánamo, aunque es de suponer que proceda de Washington ó Nueva York, en el cual consigna que no son los soldados regulares, sino los voluntarios cubanos los que mutilaron en la Caimanera los cadáveres de los americanos.

Como se ve, los yankees y algunos periódicos ingleses continúan en su empeño de propalar estas calumnias, y cuando ven que se desmienten por un lado, dejando á salvo el honor de nuestros soldados, pretenden ahora echar sobre los valerosos voluntarios de Cuba esta mancha, que no podrá alcanzarles nunca.

Reyer.

Lo de Guantánamo de nuestros corresponsales particulares

Nueva York 16, 9’25 m.

Según los últimos telegramas que publican estos periódicos, entre los yankees que quedan en Guantánamo reina una ansiedad grandísima.

Su situación es sumamente crítica y peligrosa, y creen que no podrán resistir á un nuevo ataque de los españoles, que creen inminente.

Se añade á esta noticia que el almirante Sampson ha recibido orden de desembarcar en Guantánamo 2.000 marinos de su escuadra, mientras llegan otros refuerzos.

Azor.

Londres 16, 7’44 t.

Se acaba de recibir un cablegrama anunciando que los yankees han repetido el bombardeo de la Caimanera de Guantánamo.

Duró el cañoneo 90 minutos.

Añade el cablegrama qua los proyectiles yankees destruyeron los fuertes españoles.

Reyer.

La correspondencia de España 17/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo IV

Cuba

Parece muy difícil dudar de que los americanos hayan desembarcado en algún punto de la bahia de Guantánamo, si bien el desembarco no haya sido con fuerzas importantes. Igualmente se nos da como de procedencia oficial, desde New York, la noticia de haber zarpado de Cayo Hueso la expedición de 15.000 hombres al mando del general Schafter, con destino á Santiago de Cuba ó sus inmediaciones, mejor dicho.

Nos extraña que así se anuncie la operación, salvo que el anuncio sea muy posterior al acto; pero en este caso ya desde Cuba se hubiese telegramado la llegada y tentativa de desembarco de la expedición.

Aun no aseguramos que tal expedición haya, pero se conoce que los jingoes la piden con insistencia, sin saber lo que piden, pues 15.000 hombres, y más en esta época, todo lo que pueden hacer es mantenerse en el punto de desembarco, ó muy cerca de él. Sufriendo las consecuencias de la estación insalubre, y necesariamente peor atendidos que en sus campamentos del continente. Esto en el caso de que el desembarco no sea rechazado, por efectuarlo en paraje libre de la vigilancia de nuestras tropas.

Lo de Guantánamo ( De nuestro corresponsal particular)

Londres 14, 9’40 m.

Varios periódicos publican despachos de sus corresponsales en los Estados Unidos diciendo que el resultado del último ataque de los españoles á los norteamericanos allí desembarcados ha sido hacer cambiar de sitio á éstos.

Según esa misma versión, los yankees, rechazados de sus primeras posiciones han ido á establecerse en la misma costa, en las obras de defensa anteriormente construidas por los españoles donde se encuentran protegidos y cubiertos por la artillería de los buques de guerra.

El Standard dice que el combate de la Caimanera ha sido el primer encuentro en que las tropas americanas se han batido juntas con las de los insurrectos.

Añade que por los detalles conocidos, el resultado de estos esfuerzos combinados no ha sido brillante.

Las tropas yankees, agotadas sus fuerzas por los rudos ó incesantes ataques de los españoles, y sin recibir los refuerzos que pidieron, se ven amenazadas de quedar completamente destruidas.

Como estas versiones vienen de los Estados Unidos, donde tan dados son á vanagloriarse suponiendo victorias donde no las hay, esas confesiones de retiradas y situaciones criticas deben interpretarse como la completa destrucción del destacamento desembarcado y la necesidad de refugiarse en sus barcos los pocos que quedasen.

The Daily Chronicle, cuyas aficiones yankees son conocidas, publica un despacho de su corresponsal en Washington, en el que se hace eco de una infme calumnia de Sampson.

Dice el famoso comodoro en su parte oficial sobre el combate del sábado en Guantánamo, que cuatro norteamericanos muertos en el encuentro fueron mutilados por las tropas españolas, Transmito la noticia para que se vea á qué ruindades acuden los yankees para desvirtuar á los ojos de sus compatriotas el mal efecto de sus fracasos militares.

Reyer

Londres 15, 12’15 t.

Un telegrama de Washington dice que el secretario de la Guerra, mister Alger, apoyándose en las calumnias del parte oficial de Sampson sobre el combate de Guantánamo, ha declarado que á causa de la mutilación de cadáveres americanos de que habla el comodoro que bloquea Santiago, los norteamericanos seguirán de ahora en adelante, en la campaña de Cuba, los mismos procedimientos que emplearon contra los salvajes pieles rojas de América.

El secretario de la Guerra ha añadido que tiene la intención de hacer que su colega el de Negocios Extranjeros pase una nota á las potencias de Europa indicando que España viola las leyes de la guerra mutilando los cadáveres enemigos.

Como se ve, los yankees, ya que se ven impotentes para afirmar su pie en un palmo de territorio español, apelan á todas las infamias y calumnias para buscar pretexto de presentar á los españoles como gentes sin civilización, sin duda para justificar su inaudito procedimiento en Filipinas, contra todo derecho de gentes, y facilitándoles armas, municiones y dinero lanzan las hordas salvajes de los indios sobre la población de Manila.

La correspondencia de España 16/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo III

Lo de Guantánamo (De Nuestros Corresponsales Particulares)

Londres 14, 9’10 n..

El Daily Chronicle publica un cablegrama de Washington, en el que dice que los tenientes norteamericanos Nashville y Shaw y siete hombres de las fuerzas que desembarcaron en Guantánamo, han desaparecido, sin que se hayan vuelto á encontrar huellas de los mismos, después del último combate de Guantánamo, suponiéndose que deben ser prisioneros de los españoles.

Reyer.

Nueva York 14,8 m.

Noticias llegadas esta noche pasada dan cuenta de que el domingo volvieron los españoles á atacar á los marinos yankees desembarcados en la bahía de la Caimanera de Guantánamo.

Los telegramas á que me refiero dicen que el combate fué serio y encarnizado, pero guardan silencio sobre los demás detalles y no dicen por quién quedó en definitiva la victoria.

Azor.

Londres 14,12’35t.

Un cablegrama de Nueva York anuncia que el coronel Huntington abandonó el domingo la posición avanzada que con los marinos yankees desembarcados ocupaba en Guantánamo, después de haberse sostenido allí cuanto pudo y haber esperado en vano los refuerzos quo había pedido, y que no llegaron.

Los términos en que está redactado este cablegrama, y que estarán seguramente encerrados en los límites que le habrá marcado la censura, son—y así se piensa aquí por los que conocemos dicho texto—prueba de que los yankees abandonaron en realidad el campo, cediendo al empuje de este nuevo ataque de los españoles, y se batieron en retirada, buscando refugio á bordo de los buques de la escuadra norteamericana.

Reyer.

Como se ve, las noticias que se completan en los dos despachos anteriores confirman las anteriores qué nuestros mismos corresponsales nos han comunicado estos últimos días y la noche pasada sobre el desembarco de Guantánamo.

Hoy vemos que la bravura de nuestros soldados ha obligado á huir á los yankees del pedazo de tierra en que habían puesto el pie.

En otro lugar de este número nos hacemos eco de los rumores que han corrido esta tarde sobre noticias oficiales satisfactorias recibidas de Santiago, y que probablemente se referirán al ataque de nuestros soldados á los yankees en Guantánamo que nuestros corresponsales nos han adelantado. Por su parte la Agencia Fabra nos comunica el siguiente despacho:

Nueva York 14,

Un despacho de la Prensa Asociada, fechado á bordo de un barco yankee, á la altura de Guantánamo, afirma que el crucero americano Marblehead desembarcó ayer en la expresada bahía 60 hombres y dos ametralladoras. Añade que los americanos que habían desembarcado anteriormento (el sábado) se hallaban en situación precaria por efecto del calor, la falta de agua, las enfermedades del país y los ataques incesantes de que eran objeto por parte de los españoles.

A causa de esto, y no llegando los refuerzos que esperaban, se vieron obligados á abandonar las posiciones que hablan ocupado, después de sostener un vivísimo fuego con las baterías españolas.

La correspondencia de España 15/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Retalls de premsa V

La prensa inglesa.

La revista militar Navyand Army publica un resumen de los sucesos de la guerra en la última década, en el que, examinando las probabilidades de un combate entre españoles y norteamericanos, opina que éstos llevarían la peor parte.

«Los soldados españoles—dice—están ya aclimatados en Cuba, conocen aquel terreno, los mandan jefes muy experimentados en los tras años de guerra, están habituados á la lucha y desean ocasión de toparse con un enemigo que no rehuya el ataque.

La ira reconcentrada en los pechos de los soldados españoles—añade el articulista—por tanto esfuerzo estéril buscando es los campos rebeldes á un enemigo que hiere y se desvanece, encontraría ocasión admirable de manifestarse ante un cuerpo de ejército regular norteamericano que aguantase á pie quieto el osado ataque á la bayoneta de los soldados de España.»

Estos comentarios son tanto más interesantes, cuanto que procedan de un periódico que no es precisamente entusiasta de la causa de los españoles.

La correspondencia de España 15/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Santiago de Cuba I

El ejército oriental.

He aquí las fuerzas qué componen el cuerpo de ejército de Cuba y Puerto Príncipe á las órdenes del general Pando.

Consta de cuatro divisiones, á saber:

División de Cuba.—General Linares.

Infanteria.—Batallones primero y segundo del regimiento de Cuba.—Primero y segundo del ídem de Simancas. — Batallones de Asia, San Fernando, Constitución, provisional de Puerto Rico, núm. 1, Príncipe, Toledo, Córdoba, Talavera y Zamora.

Caballería.—Tres escuadrones del regimiento del Rey y uno de la guardia civil.

Artillería.—Cuatro compañías del 10 de plaza y sexta batería del 4.º de montaña.

Ingenieros.—Tres compañías de zapadores minadores y dos de telégrafos.

Administración militar.—Una compañía de transportes.

Total: 13 batallones de infantería, cuatro escuadrones, una batería da montaña, cuatro compañías de plaza, cinco de ingenieros y una de administración militar.

División de Holguín.—General Luque.

Infantería.—Primero y segundo batallón del regimiento de la Habana.— Batallones de Aragón, Extremadura, provisional de Puerto Rico núm. 5, Vergara, Sicilia y segundo del segundo regimiento y segundo del tercer idem de infantería de marina.

Caballería.—Un escuadrón del regimiento de Hernán Cortés, un idem de la guardia civil.

Artillería.—Una batería del 4.º de montaña y una sección del 5.º idem.

Ingenieros.—Una compañía de zapadores minadores.

Administración militar.—Una compañía de transportes.

Total: nueve batallones de infantería, dos escuadrones de caballería, una batería y una sección de montaña, una compañía de ingenieros y otra de administración militar.

División de Manzanillo.—General García Aldave.

Infantería.—Primero y segundo batallón del regimiento de Isabel la Católica.—Batallones de Baza, Vizcaya, Andalucía, Alava, Unión y Alcántara.

Caballería.—Un escuadrón del regimiento del Rey.

Artillería.—Una batería de montaña.

Ingenieros.—Una compañía de zapadores minadores.

Administración militar.—Una compañía de transportes.

Total: ocho batallones de infantería, un escuadrón de caballería, una batería de montaña, una compañía de ingenieros y otra de administración militar.

División de Puerto Principe. — General March.

Infantería.—Primero y segundo batallón del regimiento de Tarragona.— Batallones de Almansa, cazadores de Cádiz, provisional de Puerto Rico núm. 2 y voluntarios de Madrid.

Caballería.—Dos escuadrones de Hernán Cortés, dos idem de Al fonso XIII, uno ídem de la guardia civil.

Artillería.—Una sección de montaña.

Ingenieros.—Una compañía de zapadores minadores.

Administración militar.—Una compañía de transportes.

Total: seis batallones, cinco escuadrones, una sección de montaña, una compañía de ingenieros y otra de administración militar.

Total del cuerpo de ejército.—Batallones de infantería, 36.—Escuadrones de caballería, 12.— Baterías de montaña, cuatro.— Compañías de plaza, cuatro.—ídem de zapadores minadores, seis.–Idem de telégrafos, dos.—ídem de trasportes, cuatro.

A lo cual hay que añadir todas las guerrillas locales, voluntarios, escuadras y demás milicias del país.

Todas estas fuerzas de ejército é irregulares son las llamadas á combatir con los norteamericanos que traten de atacar por tierra á Santiago de Cuba.

Además, en la trocha del Júcaro, y formando una división independiente, están las siguientes: Primero, segundo y tercer batallón del regimiento infantería de Alfonso XIII; batallones de Tarifa, Albuera, Reus, Chiclana, Llerena, Arapiles, Garellano y Murcia; regimiento de caballería del Príncipe, una compañía de zapadores minadores, cuatro de ferrocarriles y una de trasportes.

Total: 11 batallones, cuatro escuadrones una batería, cinco compañías de ingenieros y una de administración militar.

La correspondencia de España 14/06/1898

Guerra hispano-estatunidenca. Batalla de Guantánamo II

Nueva York 13, 8’35 n.

Un despacho expedido á bordo del Dauntless, aviso fletado por la prensa asociada de Nueva York cerca de la escuadra de Sampson, da más detalles sobre el combate entre españoles y yankees que siguió al desembarco de Guantánamo.

Según dicho despacho, los americanos desembarcados formaron tres lados de un cuadro, protegidos por los cañones de los buques.

Los yankees tomaron posición en dicha forma en un profundo barranco dominado por espesos matorrales, en los cuales se habían emboscado los españoles.

Estos conservaron sus posiciones hasta media noche.

Solamente por el resplandor de sus descargas podían guiarse los norteamericanos para atacarles. Cuando cerró la noche los buques enemigos, por medio do sus proyectores eléctricos iluminaron la orilla, descubriendo asi varios grupos de españoles, que á favor de las sombras avanzaban sobre los yankees.

El ataque más formidable se produjo poco después de media noche.

Las fuerzas de los españoles, colocadas en la pendiente Sudoeste del barranco, dio una carga á los enemigos.

Estos, conservando la posición del cuadro, solamenta abierto por la parte del mar, contestaron á la carga con un fuego nutridísimo, de tal modo, que aún no habían llegado los españoles á los dos tercios de la pendiente, cuando las balas enemigas lo habían diezmado.

Sin embargo, los que no habían caído siguieron bravamente el movimiento, llegando tan cerca y mezclándose casi con las fuerzas enemigas da tal modo, que los oficiales americanos se vieron obligados á hacer uso de sus revólvers.

El choque fué encarnizado y sangriento.

El combate se prolongó todo el resto de la noche en encuentros parciales; pero al amanecer, los yankees, con tres piezas de montaña que habían desembarcado y que hasta entonces no habían puesto en batería por impedírselo la oscuridad de la noche, ametrallaron á los españoles que volvían á la carga á la bayoneta, consiguiendo solamenta rechazarlos así con el fuego de cañon de esta batería de montaña y del que volvieron á hacerles los barcos que apoyaban el desembarco.

El despacho consigna que principalmente dos soldados españoles se batieron con tal heroísmo y cargaron con tal furia, que causaron la admiración de las tropas americanas.

Este nuevo despacho, expedido del teatro de la guerra, consigna, como el que anteriormente ha trasmitido, los elogios unánimes que hace el enemigo de la bravura y audacia de los españoles.

Azor.

La correspondencia de España 14/06/1898