DE L’HOSTAL DE LA CORDA A NIÇA. EL FINAL DE LA TERCERA GUERRA CARLINA III

El Imparcial 25/09/1875
CARTAS DE CATALUÑA.
BARCELONA 21 de setiembre de 1875.
Sr. Director de EL IMPARCIAL.
Es imposible hablar do otra cosa que de la próxima pacificación de este distrito. No me hago ilusiones en este punto, objeto hoy de todas las conversaciones. Cada día que pasa se reciben nuevos datos y noticias y se observan nuevos síntomas, que tienden todos á un mismo fin. Demuéstranlo las continuas presentaciones, el lenguaje de los indultados, la conducta de los cabecillas, la trasformación que se opera en los pueblos y otras circunstancias, que no dejan ya ninguna clase de duda. «Vds. desde Barcelona, no lo ven como nosotros,» me decía hoy uno de los mas influyentes propietarios de la montaña, que acaba de llegar del centro de Cataluña. «Crea Vd. que lo que es ahora están dando las última boqueadas.» No hace muchos días varios propietarios de la provincia de Gerona solicitaron de Savalls una reunión, que tuvo lugar mas arriba de Ripoll. Su objeto era manifestar á Savalls que en el estado actual de la guerra veían que la causa estaba perdida, que no había ya medio de que prosperase, y que desde el momento debía procurar la manera de acabarlo cuanto antes, ya que ellos estaban resueltos á retirarle todo su apoyo y á que cesase de una vez la lucha. Savalls, que comprende que sin el auxilio de los payeses ó campesinos no es posible continuar la guerra, que ésta ha de concluirse irremisiblemente el dia que aquellos quieran, trató de convencerles de que las cosas pronto cambiarían de aspecto. Hablóles de la división que había estallado entre el Gabinete; pintóles con los mas negros colores la situación del Gobierno á consecuencia de la circular del nuncio; indicóles la probabilidad del relevo del general en jefe, y les dijo una porción de tonterías, á las cuales los propietarios hicieron oídos da mercader, insistiendo en su propósito de retirarle todo su apoyo. Entonces Savalls propuso que se le concediera un plazo, y creo que se accedió como último recurso, plazo que no tardará mucho en espirar.
Mientras estos payeses se reunían con Savalls, otros hacían veinte y treinta leguas de camino para hablar á Martínez Campos, ofrecerle todo su apoyo y cuanto necesite para acabar de una vez. Expusieron al general la situación de las partidas, su descrédito, su descomposición y se brindaron á organizar en sus respectivas comarcas un somatén cuando el general lo crea conveniente. Idea es esta que acaricia Martinez Campos, pero cree que no ha llegado todavía el momento oportuno de plantearla. Reconoce que mientras haya algún núcleo respetable no le conviene el somatén, porque sería exponer á los pueblos á terribles venganzas; pero cree que á continuar como ahora la descomposición, muy en breve no quedará un solo grupo que pueda hacerse temible. Entonce es cuando la idea del somatén dará excelentes resultados con el apoyo de las columnas que en fracciones recorrerán el país. Para ello se hacen los trabajos necesarios de organización, hallándose el general decidido a que este somatén sea general, que revuelva uno por uno los materiales, examine y registre barrancos, cuevas, casas y escondrijos, y que si es preciso sostenerlo un mes sea en buena hora, pero que después no le quede un solo carlista en el campo. «Si el país quiere acabar la guerra, decía hoy á unos payeses, yo le secundaré de tal manera, que lograremos nuestro objeto; pero si quiere continuarla seré inexorable. Zapatero tapió las casas de campo; pues bien yo las destejaré y de blando y dócil como me conocen, me convertiré en duro y enérgico.»
Estas palabras han hecho tan excelente impresión en todos, que están dispuestos á emplear toda su influencia y valimiento en secundar los propósitos del general. No menos dispuesta á ello se halla la Diputación provincial, que ha acordado, cuando sea oportuno, dirigirse cada diputado á su distrito respectivo y trabajar para que el somatén sea una verdad, infundir aliento á los débiles y convencer á los reacios. Creo que las demás diputaciones catalanas imitarán tan patriótico ejemplo.
Como precursora de esta medida, se están ya dando órdenes á los jefes y cabos de somatén, y se está organizando una columna que en breve saldrá á operaciones al mando del brigadier Mola y Martínez, persona muy conocedora del país, en el cual tiene excelentes relaciones. Su cargo de comandante general de somatenes, le pone en especiales condiciones para el proyecto que abriga el general. La columna se compondrá de dos mil hombres (y entre otros detalles, porque en nada pueden perjudicar las operaciones, dado el estado dela guerra en este país), ó sea mil entre guardias civiles y rondas, una sección de caballería y un batallón de mil plazas que sé formará con los carlistas presentados á indulto, los cuales de buen grado se prestan á ello, en términos que pasan dé 700 los alistados. La misión de esta columna es recorrer desde luego todas las comarcas que acostumbran frecuentar las partidas. Además de procurar inducir á los pueblos a que acudan al somatén, deberá averiguar por medio de los mismos presentados, cada cual en la zona que mas conozca, dónde tiene el enemigo sus confidentes, los depósitos de armas y municiones, etc., etc., cosa muy fácil de inquirir, pues habiendo hecho los indultados la guerra en el país, saben dónde se municionaban, armaban y equipaban.
Otro aliciente ofrece el general á los pueblos para terminar la lucha. Consiste en la proposición siguiente: por cada carlista muerto ó vivo que le presente un pueblo le condonará un quinto de los que adeuda y además 1.030 rs. de contribuciones atrasadas. Si el capturado es un cabecilla, la recompensa será en proporción á su categoría. Si el capturado lo ha sido por un prófugo, ó padre ó hermano do prófugo, quedará el quinto libre de responsabilidad militar y el capturado servirá en su lugar. No me detendré en ponderar la importancia de esta disposición que revelo con completa autorización, porgue con sólo exponerla y considerar cuan atrasados se hallan los pueblos de este distrito,en la entrega de los cupos de quintas y en el pago de contribuciones, se comprenderá lo mucho que ha de interesar á todos la captura de los que aun estén en armas.
Desde mañana se forman tres nuevas columnas de dos batallones cada una al mando de tres coroneles. Una de ellas la mandará el bizarro coronel Fuentes, ayudante de S. E., y uno de los jefes, que mas se han distinguido en Cantavieja, la Seo y en diferentes acciones.
Terminaré dando á Vd. unas cuantas noticias sobre las facciones. Chacon alcanzó ayer en el camino de San Quirce al batallón que manda Clemens, desalojandole de las alturas de Puigrubí y haciéndole bastantes bajas.
El coronel Camprubí, con la columna del Ampurdan, salió de Gerona anoche a las ocho para sorprender á Auguet que, con dos batallones, se hallaba en la Sellera. A la madrugada rompió el fuego de cañon y fusilería sobre el pueblo y hoy á mediodía continuaba aún. No se sabe el resultado, pero creo que mal lo pasarían los carlistas cuando dos batallones que tenían en Amer han salido precipitadamente esta mañana para ver si podían auxiliar á Auguet. Mañana tendré pormenores.
Hoy se han presentado á indulto 36 en Lérida y unos 40 en esta provincia.
Los carlistas se han llevado, en rehenes al ayuntamiento y mayores contribuyentes de Ayguaviva (Gerona) y á 10 propietarios de Besalú.
Al brigadier Bayle, en su marcha á Cardona, se le han presentado también un comandante, un teniente y 23 individuos.
Savalls escapó el 19 de Ripoll con unos 200 hombres, perseguido por la columna Goícoeohea.
Ayer llegaron á esta ciudad, procedentes de Marsella, los Sres. Topete y Figuerola. Hoy han sido visitados por gran número de-personas. La inmensa mayoría de los liberales han ido á ofrecerles sus respetos. Esta tarde el Sr. Topete ha recorrido la ciudad y ha sido objeto de expresivas demostraciones de simpatía.
Suyo—J. B. F.

Hemeroteca BNE

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