Guerra hispano-estatunidenca. Testimonis i repatriats XVII

Los barcos hospitales

Cuando celebró sus reuniones el Consejo Superior de Sanidad, hicimos notar los inconvenientes de utilizar barcos para hospitales de repatriados cuarentenarios. Nuestras observaciones no se tuvieron en cuenta, porque no los firmaba ningún sabio de los muchos que abundan en los consejos técnicos, además ¿quién se atreve á emitir una opinión contraria á las autoridades eminentes de la ciencia? Basta que se haga una indicación razonable, para acordar lo contrario, y así anda ello.

Aquellas nuestras observaciones se han confirmado por fortuna para nosotros, por desgracia para los sabios.

Dos telegramas, con rara coincidencia, anuncian desde la Coruña que aquellos barcos destinados á hospitales son, además de insuficientes para alojamiento determinado, inútiles y sin condiciones de holgura necesaria para la asistencia que requiere el enfermo, y la vida higiénica á que debiera sujetarse aquel organismo medio destruido por la fiebre en los asfixiantes campos de Cuba.

Y no ya solo resultan inútiles los barcos para este servicio, sino que no están construidos para servir de hospitales flotantes.

Hubiérase habilitado un campamento en Ibiza, hubiérase tomado como punto de cuarentena las islas Cies de Vigo, como dijimos cuando el Consejo de Sanidad discutía precauciones para los repatriados, y no se tropezaría en los momentos angustiosos del desembarque con que ni pueden estar los enfermos en los camarotes de los barcos, ni con libertad respirable en el lazareto de Oza.

Cuestión eterna de nuestra administración general. Desatender observaciones de las gentes y acordar aquello que inspiró la vanidad y el Yo. Y cuando se tocan las consecuencias del error y de la torpeza deprisa y corriendo habilitar alguna medida para salir del paso, aunque perezcan…los principios.

 

El Dia. Madrid. – 24 agost 1898

Share on FacebookTweet about this on TwitterShare on LinkedInPin on Pinterest

Deixa un comentari