Guerra hispano-estatunidenca. Testimonis i repatriats XX

En Gibara

Ha regresado de Gibara a la Habana el crucero Infanta Isabel, que llevó pliegos del capitan general al general Luque.

Refieren los tripulantes del crucero que poco antes de llegar a la vista de aquel puerto se encontraron con el crucero norteamericano Nashville, el cual, al divisar el barco español, se dispuso para el combate.

Entonces desde el Infanta Isabel se hicieron señas participando al comandante del Nashville que la paz habia sido hecha.

Los americanos prorrumpieron en hurras.

Unidos los dos cruceros, continuaron navegando hasta Gibara.

Allí se supo que esta poblacion habia sido abandonada por las tropas españolas, las cuales se habian replegado hacia Holguin.

Encontrabanse alli los insurrectos dueños del terreno.

Primero llego el cabecilla Cornelio Rojas, quien cometio saqueos y desmanes horribles.

Despues se presento el cabecilla Frias, quien castigo a los culpables de los desmanes.

Mas tarde entró Calixto Garcia, el cual se instaló en Gibara, exigiendo del comercio cinco mil duros, que le fueron entregados por suscrición.

El general Luque, que se hallaba en Holguin, enterado de lo que sucedia en Gibara, salió con una columna dispuesto a arrojar a los rebeldes de la citada población.

Facilmente les tomó el poblado de Auras, imnediato a Gibara, y cuando se disponia a avanzar reconquistando la plaza recibió los pliegos de que era portador el Infanta Isabel .

Estos pliegos le ordenaba la suspensión de hostilidades.

Calixto Garcia dijo que, al ser atacado, se preparaba a tomar venganza, asesinando a doscientos comerciantes españoles de aquella comarca que tenia prisioneros.

Tambien hubiera incendiado el pueblo de Gibara.

Asi premian la victoria

Dicen tanto y hablan tan elocuentemente las recompensas otorgadas por el Gobierno de los Estados Unidos a su marina y a su ejercito por las victorias que han obtenido en la primera guerra con el extranjero sostenida por aquella nación, que aunque en nuestro pais habrá sin duda grandes elementos de opinion que no se las expliquen, vamos a dar cuenta de ellas sin comentarios:

Sampson ha obtenido como recompensa, por haber organizado el bloqueo de la isla de Cuba, sostenido muchos combates de costa, por la proteccion eficaz a las fuerzas de desembarco en Baiquiri, destruccion de la escuadra española que mandó el general Cervera y cuantas operaciones de guerra realizado hasta que se firmó el protocolo, el adelantar ocho puestos en el escalafon.

Schley, jefe tambien de escuadra, que ha operado en combinacion con la de Sampson durante toda la campaña, ha sido recompensado con cuatro puestos de ventaja en la escala de los de su categoria.

Los tenientes Wisslowy Anderson, que figuran como heroes en los partes oficiales, han alcanzado, por sus extraordinarios servicios, el adelanto de cinco numeros en la lista de tenientes de la Armada.

En los partes oficiciales y en la prensa atribuyese una gran parte en la rapidez y el exito en el combate de Santiago al valor y pericia del ingeniero jefe Jorge Cowie; para premiar estos servicios extraordinarios, que el decreto oficial califica de eminentes y conspicuos, se le concede un adelantado de tres números en la escala de su categoria.

Por el acto de arrojo, fue tan celebrado en todas partes, y especialmente por nuestros marinos, realizado por el teniente Hobson echando a pique el Merrymac a la boca del puerto de Santiago, bajo una lluvia de fuego de nuestras baterias, se le otorgó un ascenso, que por cierto fue muy discutido.

Estas son las recompensas que el Gobierno americano ha otorgado y los jefes de sus victoriosas escuadras.

En cuanto al Ejercito, se ha hecho una declaracion publica y solemne.

— El Ejercito regular ha demostrado que no tiene las condiciones que el pueblo americano necesita para las contingencias de un porvenir, y queda impuesta por necesidad urgente su inmediata reorganizacion.

Este es el premio que han otorgado a un Ejercito que regresa a los Estados Unidos vencedor.

Por doloroso que sea, hay que reconocer que las glorias del triunfo no han desvanecido a los Generales yanquees.

Veanse, si no, estas palabras, sobrias y modestas, de Sampson, al contestar el sábado último a la felicitación entusiasta del Alcalde de Nueva York;

– Permitidme, señor Alcalde, que en nombre de los oficiales y soldados de mi escuadra acepte las felicitaciones con que premiais sus esfuerzos. Ellos, como yo, nos complacemos al oir que hemos merecido vuestro aplauso; como nos hemos limitado simplemente a cumplir con nuestro deber, es indescriptible nuestra gratitud hacia el digno interprete de las felicitaciones de esta ciudad, quien bondadosamente se ha expresado en terminos demasiados encomiásticos para lo poco que hemos hecho.

La izquierda dinástica. 24 de agosto de 1898.

 

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